(Texto escrito por Ángel González Vera en el Heraldo de Aragón del 11 de febrero de 2017)
El 'aceite de oliva virgen extra', sinónimo de máxima calidad, es aquel que conserva intactas todas sus características sensoriales y propiedades para la salud. Se puede considerar zumo de aceitunas sin aditivos ni conservantes, ha de tener una acidez menor de 0,8% y presentar unas características sensoriales agradables e identificables.
El 'aceite de oliva virgen' sigue siendo zumo de aceituna sin aditivos ni conservantes pero presenta algún defecto sensorial por mínimo que sea. Su acidez ha de ser menor del 2%.
El 'aceite de oliva' que ya no tiene consideración de virgen es un aceite de menor calidad al ser resultado de mezcla de aceites refinados y aceites vírgenes. Aun así, es apto para el consumo y debe tener un grado de acidez no superior al 1%.
El 'aceite de orujo de oliva' es el aceite de menor calidad apto para el consumo. No puede ser considerado de oliva ya que es resultado de la mezcla de aceite de orujo refinado con aceite de oliva virgen. Debe tener un grado de acidez no superior al 1%.
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