(Un texto de Elena Tejero en el XLSemanal del 19 de abril de 2015)
En los Estados Unidos la sal está de moda. Tanto que se ha creado la Asociación de Selmeliers; es decir, el equivalente del sommelier, pero para la sal. Su objetivo: asesorara los comensales y a los chefs sobre qué sal es adecuada para cada plato.
EL SALADO PERFECTO. Según esta asociación, se debe salar siempre con el plato acabado y siguiendo estas cinco reglas:
Toma tanta sal como quieras, siempre y cuando seas tú el que la controle. Más del 75 por ciento de la que ingerimos viene incorporada en alimentos preparados y conservas y solo el 10 la añadimos nosotros. Elimina estos productos de la dieta y reducirás drásticamente el consumo de sal.
La sal se debe añadir al finalizar la cocción.
Usa solo sales naturales, que aportan nutrientes, y no refinadas.
Haz del empleo de la sal un acto deliberado. Debe ser un paso meditado en la preparación del plato, tan importante como el resto de ingredientes.
Utiliza cada tipo de sal en el instante correcto: cada una tiene su momento. Por ejemplo, las escamas de sal no se deben añadir a un potaje, ya que su textura crujiente desaparece con el calor.
No hay comentarios:
Publicar un comentario