(La columna de Carlos Maribona en el XLSemanal del 7 de diciembre de 2014)
Las latas de conserva han sido una de las grandes revoluciones gastronómicas de la humanidad. Con ellas se lograba que los alimentos no se estropearan durante un largo periodo de tiempo. Como tantas otras cosas, es un invento ligado a la actividad militar. Fue Napoleón quien buscó la forma de que sus soldados pudieran llevar comida suficiente sin necesidad de abastecimientos continuos. A instancia suya, el cervecero francés Nicolas Appert inventó un sistema de jarras de cristal herméticamente cerradas y calentadas para eliminar las bacterias que permitían conservar largo tiempo los alimentos. En 1810, el inglés Peter Durand patentó el primer envase de hojalata, que empezó a fabricarse en 1832. Desde entonces, el mundo de los productos enlatados no ha parado de evolucionar.
España es el primer país de la Unión Europea y el tercero del mundo en producción de conservas de pescados y mariscos. Conservas que dan mucho juego en la cocina. Grandes chefs han mostrado las posibilidades de estos productos enlatados en casa. Recetas sencillas para sacar el mejor partido posible de las conservas combinándolas con otros productos frescos o empleando sus propios caldos y aceites. Por ejemplo, mejillones en escabeche en tempura, patatas machacadas con sardinillas o un arroz con berberechos de lata. Desde que se inventaron, las conservas siempre están ahí para sacarnos dignamente de un apuro.
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