miércoles, 13 de febrero de 2013

Trufas

(Extraído de un artículo de Martin Ferrand en el XLSemanal del 21 de febrero de 2010)

Petronio, a quien Tácito distinguió como arbiter elegantiae, en la Roma del siglo primero después de Cristo, acostumbraba a esconder bajo su túnica una trufa, una auténtica Tuber melanosporum. Es el más exquisito de todos los perfumes, decía el autor del Satiricón, y abundaba en explicaciones sobre los efectos sugestivos y sugerentes de tan cotizado tubérculo. Si se mira con ojos contemporáneos, es el único gran perfume que no se anuncia en la televisión y, sólo por ello, merece respeto y veneración La trufa es el lujo más antiguo de la cocina. Se tiene noticia de lo que le entusiasmaba a Alejandro Magno, que les atribuía un valor virilizante y en el Egipto de los faraones se preparaban, tras envolverlas en grasa de ganso y cubrirlas con una hoja de papiro, en el rescoldo de una brasa suave y aromática.

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