martes, 5 de febrero de 2013

Comida callejera I

(Leído en un foro y creo que lo han sacado de la guía de comida callejera Lonely Planet)

'Balik ekmek', locos por el kebab de pescado turco

El kebab de pescado nació con la caída de los intermediarios portuarios: los pescadores de Estambul decidieron vender (y cocinar) sus capturas directamente a los hambrientos estibadores del muelle, instalando humeantes planchas en sus barcos junto al puente de Galata. Actualmente, este sigue siendo el mejor punto de la ciudad para embadurnarse las manos con un balik ekmek chorreante, por unas cinco liras turcas (2,15 euros). Un filete de pescado frito envuelto en crujiente pan de pita con lechuga troceada, tomate fresco, cebolla cruda y un generoso chorro de limón recién exprimido. El acompañamiento para valientes se sirve frío y en vaso: salgam, jugo de pepinillo.

México, maíz, fuego y un toque de limón

En México siempre hay un puesto de chisporroteantes elotes a la brasa cerca. Aunque pueda despistar su etimología (elote proviene del náhuatl, lengua azteca), se trata de mazorcas de maíz de carnoso grano carbonizándose hasta la perfección, y degustables por unos ocho pesos mexicanos (0,40 euros). Lima y chile picante suelen aderezar esta sencilla propuesta, que presenta variaciones regionales: al norte del país se prepara hervida y cubierta con crema de queso y chile en polvo, mientras que en Toluca o la capital, se fríe con chile y epazote, una especia muy común en México.

Humeante desayuno chino

Como las galletas de la suerte, el relleno del baozi es una sorpresa en toda regla: desde carne guisada a crema dulce de semillas de loto. Cocinado al vapor o también frito, se pueden tomar para desayunar y a media mañana, pero nunca por la noche: por tradición, solo se sirve hasta el mediodía. Aunque se encuentra fácilmente en cualquier puesto de dim sum, el restaurante Xisi Baozi de Beijing ofrece hasta seis tipos distintos de baozi, desde 18 yuanes (2,3 euros). Se aconseja precaución y probarlo previamente: el interior puede ocultar desde sabores dulces -más habitual en el sur del país- hasta el picante más intenso.

Secretos del bamboo en Taiwán

El mejor reconstituyente para reponer fuerzas durante un trekking por la región montañosa de Wulai, al sur de Taipei (Taiwan), dista mucho de desangeladas barritas energéticas. El Zhutong fan consiste en un grueso tallo de bambú relleno de arroz, verduras y carne de cerdo, cocinado al vapor sobre brasas de carbón. Más local y tradicional, imposible. Este arroz de bambú (para llevar) proviene de una solución logística de las antiguas tribus cazadoras-recolectoras de esta región selvática: la solidez del bambú como mejor manera de transportar tan preciados alimentos. Se puede degustar en las pequeñas poblaciones de Wulai durante los meses de invierno (desde 50 dólares taiwaneses, unos 1,30 euros), cuando madura el bambú.

'Red red', Ghana en dos cuencos

Caliente, especiado, picante y doblemente rojo. El Red red es el plato más popular en Ghana, una mixtura de alubias con cebollas y chiles (rojos), fritos en aceite de palma rojo con gusto a nueces: el zomi, clave colorista de esta sencilla receta proveniente de la región de Volta, al este del país. Se recomienda pedirlo en casas de comidas y puestos callejeros, junto a la muchedumbre de trabajadores y oficinistas en la hora de comer; a todo el mundo le gusta el Red red. Se suele acompañar de koko, plátano frito y salteado servido en rodajas. Eso sí, bien caliente: que el aceite que cubre el koko todavía chisporroteé en el plato es buena señal.

Sfenj, un donut muy antiguo de Marruecos

Hay que bucear entre las estrecheces de cualquier medina marroquí para encontrar el antecedente más antiguo del globalizador donut. Se trata del sfenj, el tentempié marroquí por excelencia, una esponjosa rosquilla de masa natural que los árabes introdujeron en el norte de áfrica en el siglo 18. De facturación sencilla y gusto cercano a nuestros churros, requiere de manos sabias para su elaboración, generalmente masculinas. Por eso, aunque puede encontrarse a cualquier hora y en cualquier parte de Marruecos, resulta aconsejable pedir un sfenj recién frito por un dírham (0,21 euros) en algún diminuto hanout (puesto) de los zocos que albergan las principales ciudades del país. Con té de menta, café con leche, espolvoreado con azúcar o endulzado con miel,  Cada plato es descrito por su sabor, su historia y los lugares donde se puede degustar. Y además, para los más cocinillas, la receta para prepararlo en casa.

Los balik ekmek son una de las 100 mejores propuestas de comida callejera alrededor del mundo, recopiladas por Lonely Planet (www.lonelyplanet.com) en el libro Street Food.

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