(Un texto de José Luis Solanilla en el Heraldo de Aragón del 8 de agosto de 2020)
Muchos aragoneses que viven en ciudades grandes o fuera de la comunidad vuelven por estas fechas a sus pueblos de origen. A quienes les gusta tomar pacharán, suelen aprovechar estas fechas para hacerse en el monte con los arañones o endrinas para elaborarlo en su propia casa, aunque los expertos en esta bebida afirman que es mejor esperar hasta octubre o noviembre para recolectar los frutos en su momento de maduración perfecta. Ahora, aseguran, todavía están algo verdes aunque ya luzcan un color oscuro azulado. Y si la endrina está todavía verde, el resultado será también un pacharán muy verdoso, con muchos tonos ácidos y cítricos en su aroma y sabor.
Según los estudiosos del tema, el origen de esta bebida, cuyo contenido alcohólico está comprendido entre 25 y 30 grados, es navarro y su denominación proviene de la palabra vasca `basarana', que significa ciruela de monte o silvestre (basa monte-aran ciruela). De basara viene pacharán, vocablo que se utiliza desde finales del siglo XIX, ya que en la documentación anterior no aparece otro nombre que no sea el de arañón. Aun cuando el término pacharán se empezó a utilizar para designar esta bebida a finales del XIX, este licor ya era conocido y apreciado por los navarros desde la Edad Media. El pacharán formó parte del menú servido en la boda de D. Gonofre de Navarra (1394-1428), hijo natural del rey Carlos III.
La receta
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