(Un texto de Ángel González Vera en el Heraldo de Aragón del 11 de abril de 2015)
El uso de aceite de oliva virgen en las frituras inhibe en gran parte la aparición de afecciones hepáticas y mejora el sabor y digestión de los alimentos, quedando justificado así su uso aun a pesar del aumento de coste que esta práctica puede suponer.
Resulta peligroso el uso de aceites usados y reciclados.
Se aconseja utilizar la sartén tradicional frente a las freidoras, pero en el caso de preferir estas últimas se deberá cuidar escrupulosamente la limpieza, tanto de la máquina como del aceite que contiene, sustituyendo este apenas se observe presencia de olores extraños, tonalidades oscuras o residuos orgánicos. Y, sobre todo, hay que evitar largos periodos de espera en la cuba de freír. Jamás se deben reponer las pérdidas dejando en la freidora porciones residuales, por pequeñas que sean, de aceite sin eliminar durante mucho tiempo.
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