jueves, 30 de enero de 2014

Falsos mitos sobre la alimentación



(Un texto de A. Arabia en Mujer de Hoy del 19 de septiembre de 2009)

Todos dicen saber por qué un determinado alimento no nos conviene o cuál es la dieta más sana para el próximo otoño. Falsas verdades que tienden a confundirnos y que, Incluso, pueden llegar a perjudicarnos. Con el fin de evitarlas, la nutricionista Victoria Eugenia Bolado García y la Confederación de Consumidores y Usuarios han lanzado una guía que te ayudará a desenmascararlos.

El pan engorda
Este alimento, igual que el resto de los farináceos (cereales, pastas...) es rico en hidratos de carbono, un nutriente indispensable y pilar de nuestra dieta mediterránea. Además, la composición del pan es la misma por dentro que por fuera, por lo que si buscamos tomar menos calorías, hay que comer menos cantidad y no quitarle la miga, como se hace habitualmente. La verdad: Lo que aumenta las calorías del pan suele ser lo que le acompaña: mermeladas, mantequillas, embutidos...

La fruta como postre no hace ganar peso
Una fruta aporta las mismas calorías antes o después de las comidas. Por lo tanto, el orden en que se toman los alimentos a lo largo del día no influye en su aporte energético. "Eso sí, si las comemos en exceso nos harán ganar peso", asegura Bolado. La verdad: La única ventaja de consumirla antes de las comidas es que gracias a su contenido en fibra y agua producen un efecto saciante.

No beber agua durante las comidas adelgaza
Se trata de un alimento acalórico, es decir, sus nutrientes no proporcionan ningún tipo de energía. Por lo tanto, el agua no engorda si se toma antes, durante o después de una comida. La verdad: Efectivamente, el agua es una aliada para perder peso porque antes de las comidas produce sensación de saciedad, pero por si sola no quema calorías. Además, no por beber más cantidad, se adelgaza. 

Lo "light" y lo integral apenas tienen calorías
Un alimento etiquetado como "Iight" es aquel al que se le ha reducido o eliminado alguno de sus componentes calóricos. Por lo general, este tipo de productos tienen hasta un 30% menos de calorías que la versión normal. Mientras, las harinas y los cereales integrales tienen prácticamente las mismas calorías que tos productos refinados. La verdad: No se debe abusar de los productos con la etiqueta "light” porque, aunque menos que un producto normal, siguen teniendo calorías, así como azúcar y conservantes. 

Los alimentos con grasas vegetales son más sanos
Muchos productos indican en sus etiquetas que contienen "grasas o aceites vegetales", lo que puede llegar a confundir al consumidor porque se asocian con grasas que tienen un beneficio para la salud como el de oliva o girasol. Pero en la mayoría de los casos lo que contienen son grasas saturadas procedentes de aceite de coco y de palma, muy perjudiciales para la salud cardiovascular, ya que aumentan el colesterol. La verdad: las grasas insaturadas, que ayudan a reducir los niveles de colesterol, se encuentran principalmente en los alimentos de origen vegetal como el aceite de oliva y de semillas (girasol, maíz,…), frutos secos y, como excepción, en los pescados azules (alimento de origen animal). Estos aceites apenas se utilizan en la elaboración de productos por su elevado precio.

Las monodietas sirven para perder kilos
Efectivamente, si durante un tiempo determinado consumimos un mismo tipo de alimento con bajo contenido calórico, perderemos peso, pero a costa de nuestra salud. La verdad: Por lo general, se trata de dietas desequilibradas que no aportan las cantidades necesarias de macronutrientes, vitaminas y minerales. No son nada recomendables.

Saltarse una comida ayuda a cuidar la línea
Mucha gente cree que saltándose una comida perderá peso."Pero hacerlo es un mal hábito", recuerda la nutricionista Victoria Eugenia Bolado, autora del libro "Falsos mitos de la Alimentación" (disponible en www.cecu.es). Los especialistas aconsejan realizar cinco tomas diarias, lo que ayuda a no llegar con excesiva hambre ni ansiedad a la siguiente comida. "De esta forma controlaremos la ingesta de grandes cantidades de comida y evitaremos aumentar de peso", dice. La verdad: Para mantener la línea y estar sano, lo ideal es realizar cinco tomas diarias (desayuno, media mañana, comida, merienda y cena). Además, si lo que se quiere es perder peso, es importante evitar alimentos muy enérgeticos, así como reducir el tamaño de las raciones.

Los conservantes de las latas son cancerígenos
“Sin los conservantes autorizados, la cadena alimenticia no sería tan segura como lo es en la actualidad”, asegura Bolado. Estas sustancias antimicrobianas se utilizan para retrasar el deterioro de los alimentos debido a la acción de microorganismos, así como para inhibir, retardar o prevenir el desarrollo y la proliferación de bacterias, levaduras y moho. La verdad: "Cuando un conservante va precedido de la letra E, no quiere decir que sea dañino, sino que se ha autorizado su uso, por no presentar riesgos para la salud”, dice la experta.

No se deben mezclar hidratos y proteínas
Las llamadas dietas disociadas consisten en no mezclar en la misma comida alimentos ricos en hidratos de carbono (cereales, pasta, patatas, pan...) con alimentos proteicos (carne, pescado, huevos...) porque engorda. El fundamento de este tipo de dietas se basa en que el aumento de peso se debe a una mala digestión, producto de una combinación errónea de alimentos. La verdad: Para la especialista en nutrición, este tipo de dietas no tienen ningún fundamento científico.

Las vitaminas sirven para cubrir necesidades
La mejor manera de obtener las vitaminas y minerales que nuestro cuerpo necesita es a través de una dieta sana y equilibrada. Además, según la nutricionista, "la mayoría de las personas no necesitan tomar suplementos adicionales de estas sustancias". La verdad: Cuando existe un estado carencial, es muy importante que el consumo de suplementos vitamínicos se realice bajo recomendación médica porque pueden existir intoxicaciones e interacciones.

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