(Leído en el Heraldo de Aragón del 30 de octubre de 2018)
La pereza de limpiar el aceite desparramado por la cocina y el miedo de sufrir quemaduras se van a acabar con estos trucos sencillos pero infalibles.
Si bien es cierto que no es la técnica culinaria más saludable, freír con aceite de oliva virgen extra tiene beneficios. Según un estudio de la Universidad de Jaén, el 'oro líquido' conserva un valor nutricional bueno aunque se eleve a las temperaturas que exigen las frituras perfectas. Una gran noticia para los amantes de las croquetas gourmet y las empanadillas caseras que, sin embargo, vuelve abrir el debate que más asusta a los amateur culinarios: ¿es posible freír sin sufrir quemaduras y poner la cocina perdida?
La sartén importa. Si se eligen recipientes muy planos es mucho más fácil que el aceite al calentarse salga disparado en todas las direcciones. Lo mejor es utilizar una muy honda, tipo 'wok', ya que las gotas hirviendo chocarán contra sus paredes y no contra nuestra piel. Además, es conveniente asegurarse de que la sartén está completamente seca antes de utilizarla; de no ser así, el aceite comenzará a salpicar.
La temperatura, bajo control. Aunque pueda parecer que los termómetros de cocina solo se utilizan en Masterchef, es una herramienta culinaria muy útil a la que hay que sacarle más partido. Controlar que la temperatura del aceite sea excesivamente elevada nos salvará de las quemaduras en manos, brazos y, a veces, cara.
Sal en el aceite. Este condimento es un gran absorbente de la humedad, por eso, si se le añade al aceite caliente segundos antes de echar cualquier alimento que contenga agua sin estar congelado (pescados, verduras, huevos...), la sal se encargará de que los líquidos se evaporen de forma brusca y salpicando en todas direcciones.
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