martes, 28 de abril de 2020

Los platos más 'asquerosos' del mundo

(Un texto de Fátima Uribarri en el XLSemanal del 17 de marzo de 2019)

El Museo de la Comida Asquerosa expone, en Suecia, los platos más sorprendentes del mundo. En realidad, quieren estimular el cambio del paladar y abrirlo a nuevos sabores.

Zumo de ojo de oveja; corazón palpitante de cobra en su sangre; pene de buey… Parecen ingredientes de pócimas de hechicería, pero son delicias que se comen en diversas partes del mundo: el ojo de oveja lo toman en Mongolia para aliviar la resaca; el corazón de la cobra, en Vietnam; y el pene de buey es muy apreciado en China por sus propiedades afrodisiacas. «El asco es siempre subjetivo. Depende de dónde te has criado. Es como si nos hubieran adoctrinado desde pequeños sobre lo que es repugnante y lo que no lo es», explica Andreas Ahrens, director del Museo de la Comida Asquerosa, de Malmö (Suecia). Este espacio, ubicado en un antiguo matadero, ofrece un curioso paseo por los olores, texturas (está permitido tocar) y sabores de preparaciones como el surströmming, un arenque fermentado (y apestoso) que se toma en Suecia; el casu marzu, que es un queso infestado de gusanos procedente de Cerdeña; o el hákarl, tiburón envejecido que se toma en Islandia.

La entrada al museo está impresa en una previsora bolsa para el vómito. El centro propone una reflexión sobre cambios de hábitos alimentarios para reeducar nuestro paladar y orientar nuestra alimentación hacia productos que no deterioren el medioambiente.

Algunos ejemplos

El casu marzu está infestado de larvas vivas de moscas. Se come en Cerdeña. En Córcega toman otro parecido.

El murciélago frito se toma en el sudeste asiático. Es muy crujiente. Dicen que sabe como el pollo.

El balut es un huevo de pato con embrión. Es una delicia en Filipinas, Camboya y Vietnam. Se toma cocido.

En Mongolia dicen que el zumo de ojo de oveja alivia la resaca. En Japón comen ojos de atún, fritos con ajo o con salsa de soja.

El pene de buey es muy apreciado en China por sus propiedades afrodisiacas. Lo toman crudo o frito. Lo comparan con el marisco.

La leche de yegua fermentada se consume en Turquía, Rusia y Mongolia. Su olor y su sabor agrio repelen a los occidentales.

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