(Un texto de Boticaria García en el Mundo del 6 de marzo de 2020)
La moda de la espelta, el centeno e incluso el 'kamut' no está muy
justificada... Excepto por el precio. Eso sí, comas el cereal que comas,
que sea lo más más integral posible.
Centeno, espelta,
kamut, trigo sarraceno... comer un pan elaborado con cualquiera de estos
cereales parece más cool y más sano que comer nuestro pan de trigo
tradicional. Los presentan como superalimentos y en ocasiones su precio
está más cerca del caviar que del pan. ¿Cuánto hay de verdad y cuánto hay de marketing con estos cereales de moda? ¿Es cierto todo lo que nos cuentan en algunas boutiques del pan? Analizamos los cuatro cereales que son tendencia:
CENTENO, un mazacote nada mágico
El
centeno es un chicarrón del norte que resiste mejor el frío mientras
que el trigo es un cereal más friolero que encaja muy bien con el clima
mediterráneo. Además de por la facilidad del cultivo de trigo en España,
aquí hasta hace poco no le hemos visto la gracia al centeno
principalmente por tres razones:
1. El centeno tiene menos gluten que
el trigo, y en el proceso de panificación el pan puede resultar menos
esponjoso. Por decirlo de manera popular, el pan de centeno puede
resultar más "mazacote".
2. El pan de centeno tiene un color pardo
que genera adversión en algunas personas acostumbradas a su pan
blanquito de siempre. La psicología juega un papel importante en la
alimentación
3. El pan de centeno tiene un sabor amargo y lo amas o lo odias. Mucha gente se decanta por la segunda opción. Para suavizar el sabor, en algunos países se añaden al pan de centeno algunas especias como la canela o se mezclan tipos de harina.
Trigo VS Centeno
Con
respecto a la fibra, que es algo que hoy en día nos preocupa mucho, si
comparamos pan integral de trigo frente a pan integral de centeno, las
dos opciones tienen una cantidad similar. En cuanto a proteínas, es
superior el trigo frente al centeno y en cuanto a vitaminas minerales y
vitaminas, el centeno parece caballo ganador. Como vemos, en algunos
aspectos uno es mejor que otro pero en ningún caso las diferencias son significativas. Por tanto, pese a algunos reclamos publicitarios, el trigo y centeno se dan la mano nutricionalmente hablando.
ESPELTA, no tan superalimento
El
trigo espelta es un "trigo viejo". Un cereal antiguo que en 6000-5000
a. C. ya se cultivaba en Irán. La espelta estaba olvidada, entre otras
cosas, porque el grano está protegido bajo una cascarilla muy dura y cuesta más obtener la harina.
El boom de los superalimentos ha rescatado a este cereal del olvido y
sobre él se dicen muchas cosas... pero no todas son ciertas.
¿Qué es verdad sobre la espelta? En primer lugar que da buen aroma y sabor al pan... ¡está rico y eso está muy bien!
y en segundo lugar que necesita menos pesticidas porque esa cascarilla
dura protege al grano de los bichitos de forma natural. Podríamos decir
que la espelta es un regalito caído del cielo para la agricultura
ecológica.
¿Qué hay de marketing sobre la espelta? Ni es superior nutricionalmente (12,8% de proteínas frente al 12% del trigo) ni es un polvito mágico para hacer magdalenas saludables. ¡No nos autoengañemos! La espelta se usa mucho en la repostería
healthy,
pero unas magdalenas de espelta siguen siendo magdalenas. La espelta
solo es una prima hermana del trigo, la más antigua, pero no es el primo
de Zumosol.
KAMUT, muy poco ecológico
El kamut o khorasan es
otro pariente del trigo. Nutricionalmente puede ser superior en
proteínas, en grasas y en algunas vitaminas y minerales. Pero las
diferencias tampoco son como para volvernos locos. Paradójicamente, en
España vamos sobrados de proteínas pero de lo que no vamos sobrados es
de kamut y tenemos que importarlo principalmente de EE.
UU. y Canadá. Trayendo kamut de allende los mares no solo se paga un
sobreprecio para nuestro bolsillo sino también para el medio ambiente.
Comer kamut no es más saludable y sobre todo, no es más sostenible.
TRIGO SARRACENO, interesante entero
El
trigo sarraceno (o alforfón) es un cachondo que juega al despiste
porque a pesar de su nombre no es pariente del trigo. No es una gramínea
y no pertenece al género
triticum como los anteriores. ¿Qué es entonces? El trigo sarraceno no es un cereal sino un pseudocereal, como la quinoa.
Esto quiere decir que su composición nutricional está a caballo entre
los cereales y las legumbres y, por tanto, tiene todos los aminoácidos
esenciales. Tiene la lisina que le falta a los cereales y la metionina
que le falta a las legumbres.
Entre las ventajas del trigo sarraceno encontramos que no tiene gluten (esto sí es interesante para personas con celiaquía),
que su proteína es completa y que, más allá del pan, es un cereal
versátil que puede resultar interesante para comer como grano entero, en
forma de ensalada, como hacemos con la quinoa. Entre los inconvenientes del
trigo sarraceno es que, al no tener gluten el pan es más compacto y
puede perder el punto crujiente y ¡sorpresa! Que también es más caro.
Solución: lo que sea, pero integral
En
resumen: ni el pan de centeno, de kamut, de espelta o de trigo
sarraceno son significativamente superiores al pan de trigo nuestro de
cada día. Entre otras cosas, porque por suerte no solo nos alimentamos
de pan y podemos conseguir todos los nutrientes de manera sencilla a
partir del resto de alimentos. ¿Cómo elegimos un buen pan? Más allá del
nombre cuqui del cereal de moda de turno, a la hora de elegir el pan fijémonos en que sea integral.
Y no "cualquier integral": que al menos un 70% de la harina sea
integral. Busque, compare... y su panadero le vende las bondades del
centeno pero no sabe decirle el porcentaje de harina integral que
lleva... cambie de panadería.
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