(Un texto de A. Paris en la revista Mujer de Hoy del 10 de
noviembre de 2018)
El frío y las exigencias de la vida cotidiana nos golpean
física y emocionalmente. Ayúdate a ti misma incluyendo estos alimentos en tu
dieta. Tu estado de ánimo te lo agradecerá.
Vivimos
estresados, ansiosos y, a veces, un poquito decaídos. Según las cifras del
primer Estudio sobre el estado de ánimo de los españoles, el
75% de la población sufre un bajón de su ánimo una vez a la semana.
Y ocho millones de españoles declaran, literalmente, sentirse tristes. Puede
que no haya una forma sencilla para combatir tanto desaliento, pero en lo que
sí están de acuerdo todos los expertos es en que una dieta
adecuada contribuye a apuntalar nuestra felicidad
cotidiana y prevenir los vaivenes de las emociones. Consumir a menudo alimentos
cuyos nutrientes activen la formación de los neurotransmisores precursores de
las emociones positivas,
como la serotonina,
es importante. Porque si logramos mantener un buen nivel de serotonina
incrementamos respuestas que ayudan a mantener un buen estado de ánimo, como
reducir la irritabilidad y mejorar la cantidad y calidad del sueño.
¿Y
quién no quiere experimentar esa combinación de estabilidad mental y descanso
en su día a día? Pues para ello es necesario tomar a diario nutrientes
y principios activos como el triptófano, la
teobromina, las vitaminas del grupo B, el magnesio, la tirosina, el fósforo, el
selenio... ¿Quieres saber cómo lograrlos? Incluye estos alimentos en tu cesta
de la compra.
1. Agua mineral
Empezamos
por lo más evidente: uno de los síntomas de la ansiedad es
tener la boca seca. Solo con hidratarnos
bebiendo agua poco a poco conseguimos regular esa sensación de agobio. La
hidratación correcta es importante para nuestro estado de ánimo porque, además,
cuando no estamos correctamente hidratados aumenta la concentración de una
hormona llamada cortisol en
la sangre que es, precisamente, la responsable del estrés.
Por todo ello, el mejor consejo es que calmes tu sed con agua.
Con
un plus: busca un agua mineral rica en
magnesio (que es aquella que contiene más de 50 ml por litro de este
mineral) porque este micronutriente combate el agobio, además de reforzar los
huesos y los dientes... Eso sí, tampoco te pases, porque estas aguas suelen
tener un efecto ligeramente laxante.
2. Zanahorias
La
vitamina B6 de la
zanahoria resulta muy útil para animarnos porque potencia
el efecto antiestrés del magnesio. Además, esta vitamina
interviene en la fabricación de serotonina y taurina. La taurina ejerce como
agonista del ácido gamma aminobutírico (GABA), otro neurotransmisor muy
importante para modular el estado de ánimo. Un déficit de GABA en el cerebro se
asocia a síntomas de ansiedad, depresión o insomnio,
mientras que unos buenos niveles proporcionan un estado de calma. Y lo mejor de
todo es que puedes consumirlas crudas, por lo que no hace falta elaborar
complicadas recetas para aprovechar sus virtudes a cualquier hora del día.
Convierte los crudités de zanahoria en tu mejor aperitivo antiestrés.
Con
un plus: esta hortaliza, además de vitamina B6 nos ofrece una buena dosis de vitamina
C en el mismo lote, otra de las moduladoras del estado de
ánimo, como han comprobado en la Clínica Mayo de Estados Unidos. Según su
experiencia, los pacientes hospitalizados, que suelen tener niveles de vitamina
C más bajos de lo normal, mejoraban su estado de ánimo si se les daba un
suplemento de ella.
3. Pipas
La
lista de virtudes de las semillas, ya sean de girasol o de calabaza, es
extensa. No solo son ricas en ácidos grasos
saludables, magnesio, manganeso, triptófano, proteínas, fibra y vitamina E,
sino que poseen una cantidad nada desdeñable de tirosina. La tirosina
es uno de los aminoácidos imprescindibles para gestionar de
forma adecuada el estrés. Cuando nos estresamos, el organismo libera noradrenalina,
que estimula el sistema nervioso central, y tu estado de ánimo se vuelve a
equilibrar. Pero si vivimos en un estrés constante, esa noradrenalina se agota
y es entonces cuando necesitas a la tirosina para aumentar su síntesis.
Con
un plus: las personas que poseen altos niveles de un aminoácido llamado homocisteína
tienen más probabilidades de estar deprimidas.
Pues bien, para normalizar esos niveles de homocisteína se necesitan vitaminas
del grupo B, magnesio y betaína. ¿Adivinas que alimento es rico en betaína?
Exacto, las pipas de girasol y calabaza.
4. Plátano
Su
carne blanda y dulce no solo está buenísima sino que contiene precursores de la
dopamina.
La dopamina es el neurotransmisor de la
excitación, el responsable de que podamos sentir placer con lo que
hacemos en nuestro día a día. Para estar en equilibrio, necesitamos liberar
dopamina de forma regular a nuestro torrente sanguíneo y unos niveles bajos de
esta sustancia se asocian a sensaciones como falta
de energía y de motivación y, en casos muy graves,
depresión.
Con
un plus: hablando de precursores de neurotransmisores importantes para nuestro
estado ánimo, el plátano aporta a tu dieta, además, una cantidad extra de
triptófano, un aminoácido a partir del cual el organismo es capaz de sintetizar
serotonina. Y como extra, no solo estarás más en calma, sino que el triptófano
te ayudará a dormir a pierna suelta.
5. Sardinas
Hay
varios motivos por los cuales las poblaciones que más pescado azul consumen son
las que menos se deprimen y uno de ellos es su dieta
rica en omega-3. Este ácido graso, que solo podemos obtener a través de
pescados como las sardinas, es capaz de reducir
los síntomas depresivos hasta un 53%.
Además, su carencia provoca nerviosismo y falta de concentración y, según un estudio
publicado en Diabetes and Metabolism, su consumo disminuye la liberación de
cortisol.
Con
un plus: el pescado azul es el mejor aliado del bienestar
emocional. Si las sardinas no son lo tuyo, prueba con otros miembros
de la familia del omega-3, como el salmón.
Con él, además, consumirás lisina. Investigadores japoneses han comprobado que
administrando este aminoácido esencial se mejoran los síntomas de
ansiedad.
6. Garbanzos
A
las legumbres les sucede como al pescado: todas son buenas para mantener
nuestra vida en paz y armonía. Pero si tienes que quedarte con una, escoge los
garbanzos. Su gran contenido en fibra
(tanto soluble como insoluble) ayuda a evitar los picos de glucemia y, lo
mejor, es que es rico en vitaminas del grupo B, especialmente en ácido
fólico, cuyo déficit nos deja para el arrastre tanto anímica como
físicamente. Si estás agotada, te cuesta concentrarte o te sientes abatida,
necesitas incorporar garbanzos a tu dieta.
Con
un plus: a pesar de su buena fama, no solo las lentejas son ricas en hierro,
los garbanzos también poseen una buena cantidad de este mineral y no olvidemos
que uno de los síntomas de la anemia es la alteración
del estado de ánimo. Para garantizar la
absorción del hierro, procura combinar tus garbanzos con alimentos ricos en
betacarotenos, como la calabaza o las zanahorias.
7. Cereales
integrales
La
evidencia científica relaciona cada vez más la buena salud de nuestro intestino
con nuestro estado de ánimo. Y no hay mejor forma de mimarle que consumiendo
fibra soluble e insoluble porque, aunque no lo creas, mucha de la serotonina
que necesitas no se fabrica en el cerebro, sino en esta zona de tu anatomía.
Los cereales integrales son una oportunidad que no debes dejar escapar para
conseguir la combinación perfecta de hidratos que te cargan las pilas, pero con
fibra para alimentar a las bacterias más beneficiosas del intestino, justo las
que necesitamos para producir serotonina. Investigaciones de la Universidad de
Harvard (EE.UU.) han revelado que especies determinadas de la microbiota
intestinal estimulan las células endocrinas del intestino para producir
serotonina. Estimúlalas dándoles hidratos+fibra.
Con
un plus: lo mejor es que tienes muchas opciones para consumir de cereales
integrales y todas son buenas. La avena te
ofrece vitaminas del grupo B; la harina de trigo integral, hierro y calcio; el arroz
integral, fósforo y potasio...
8. Pavo
De
escoger una carne que te levante el ánimo, esta es la mejor opción. Contiene vitaminas
B6 y B12, las más interesantes para nuestra salud emocional y lo que
es aún más importante, combina magnesio, zinc y
selenio, el trío mineral perfecto para combatir la depresión. Del
magnesio ya hemos hablado, pero nos quedan otros dos por descubrir. Varios
análisis han comprobado que las personas que sufren depresión tienen los
niveles de zinc más bajos de lo normal y que, incluso, la ingesta de este
mineral puede incrementar la efectividad de la terapia
contra la depresión. Por su parte, no tener
suficiente selenio en el organismo también se ha asociado con estados de ánimo
más bajos.
Con
un plus: la carne de pavo también es rica en fenilalanina y tirosina, dos
aminoácidos que optimizan los niveles de dopamina, indispensable para una buena
gestión del estrés.
9. Chocolate negro
Que
comer chocolate alegra el día a cualquiera no es un gran descubrimiento. Lo que
tal vez sí lo sea es que conozcamos el nombre de la molécula que tanta
felicidad aporta a nuestra vida: la teobromina.
Esta sustancia es un potente estimulante que, al llegar a nuestro sistema
nervioso actúa de forma parecida a la cafeína, aunque sus efectos son menos
potentes. Lo mejor de todo es que, además de animarnos y espabilarnos, activa
los circuitos de placer de nuestro cerebro,
por lo que nos hace sentirnos bien. Eso sí, para aprovechar estos efectos tiene
que ser un chocolate con, al menos, un 75% de cacao.
Con
un plus: el chocolate con mucho cacao también posee feniletilamina, una
sustancia que tiene cualidades antidepresivas
y es precursor de la dopamina. Y si te gustan las emociones fuertes, ¿has
probado alguna vez la mezcla de chocolate negro con chile? Pues quizá deberías
hacerlo para añadir al cóctel del buen ánimo la capsaicina, otra sustancia
presente en los alimentos picantes y que resetea nuestro buen humor.
10. Yogur natural
Para
entender las ventajas de comer yogur debemos hablar de nuevo de lo que es bueno
para las bacterias que viven en nuestro
intestino. Un análisis de la Universidad de Virginia (EE.UU.) ha
descubierto lo que ya todos intuíamos, que no solo de fruta y fibra viven esas
bacterias, y que los lactobacilos presentes en el yogur natural también las
hace felices. Y ya sabemos que si es nuestro intestino es feliz, nosotros,
también lo somos. Eso sí, debes tomarlo sin
azúcar, 100% natural, porque el azúcar no es
bueno para nuestra flora intestinal.
Con
un plus: tomar yogur refuerza el aporte de triptófano a tu dieta, que también
es un precursor de la serotonina y del descanso nocturno. De esta manera,
tienes dos efectos positivos en un solo alimento.
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