(Un texto de Juan Barbacil en el Heraldo de Aragón del 2 de enero de 2016)
Posiblemente, Bitter Kas, sea una de las bebidas con más controversia de la historia. Su color rojizo, su sabor difícil de explicar, su asociación de bebida para gente mayor… Una bebida extremista 100%, o te gusta o no te gusta. No hay punto intermedio.
El último anuncio de Bitter Kas , la campaña, obra de “ & Rosàs” , es excelente. El copy de la pieza es excelente. El fondo del texto ha dado en el clavo. Era un reto difícil volver a poner a Bitter Kas encima de la mesa, y vaya si lo han hecho. La música y la fotografía ayudan a empaquetar todo con un papel rojo pasión, como el Bitter Kas, y la frase de cierre le pone el lazo: “Desde 1966 hasta que te guste”. Brillante.
La marca Kas nació en Vitoria en 1956 de la mano del empresario Roman Knörr Streiff. Las tres letras del que luego fue el apellido del bitter español proceden de la inicial del primer apellido del empresario junto con el nombre de las bebidas gaseosas El As que ya fabricaba desde hace décadas la familia. La compañía decidió una década después del nacimiento de la marca Kas la creación de la que sería una de las bebidas señeras del grupo. Importó la idea de Italia y transformó la fórmula para adaptarla al mercado español con la ayuda del doctor Hausmann, un farmacéutico y catedrático de la Universidad de Barcelona, experto en plantas medicinales.
Lo explicó bien la periodista Nuria Salobral en un trabajo para el periódico “Cinco Días”. También decía que hay bebidas que se registran en la memoria por su sabor, por el chispazo de sus burbujas o por el frescor con que han sofocado el calor del verano. Y otras que, además de por todo eso, pasan a formar parte del imaginario colectivo por su color. El rosa ha dado a Bitter Kas un toque de diferenciación que identifica a la bebida de forma inseparable con su coloración. El Bitter Kas, sin alcohol, era aquella bebida de mayores que podían beber los niños, de color rosa y con un punto amargo que en poco se parecía al sabor dulzón de la mayoría de los refrescos. Recuerdo bien el tránsito que supuso pasar de consumir el bitter entonces más conocido, el Cinzano en su clásico botellín rechoncho y de tacto de piel de mandarina al Kas sin alcohol. Hubo una buena polémica pues el bitter era siempre con alcohol y esto pasaba por ser un invento. En algunas zonas de España también se tomaba mucho el bitter Martini, al que se le llamaba cariñosamente “rositas” que venía de aplicar el diminutivo a la propia denominación Martini Rossi…, “rosita”, pues también era un formato de botellín con 125 centímetros cúbicos de capacidad; medida justa para el vermut en la barra del bar.
El bitter Kas ha superado ya sobradamente la mayoría de edad, tiene ya 47 años de edad, desde su lanzamiento en 1966 por la casa de bebidas Kas. Fue la fórmula con la que trasplantar al mercado español una bebida, el bitter, ya con cierto arraigo en Italia y Centroeuropa.
La fórmula se ha mantenido intacta en los 47 años de vida de la bebida y sigue siendo secreta, como la de la Coca-Cola. Según explican en la compañía, el Bitter Kas se elabora a partir de una veintena de hierbas y plantas aromáticas. Y sus ingredientes incluyen la canela, el sándalo y la nuez moscada. El toque amargo se lo dan la naranja y, en especial, la genciana, una planta medicinal con propiedades digestivas y que se emplea para problemas intestinales y de falta de apetito. Es el ingrediente más desconocido del bitter kas, dentro de lo poco que se conoce de su fórmula. Y, como sucede con otras tantas bebidas refrescantes, el desconocimiento sobre su composición, al tiempo que alimenta el secreto y el misterio, ha aireado también numerosas y disparatadas leyendas urbanas sobre su contenido, de abundante difusión en las redes sociales.
Y quizá sea el uso de la genciana y su capacidad para estimular el apetito lo que ha convertido al bitter kas en una bebida habitual para el aperitivo. La opción para quienes no desean beber alcohol, pero optan por una bebida a la que su tonalidad rosa le da cierto aire de cóctel, con aceituna incluida. O raja de limón o de naranja, en su formato más habitual.
“La bebida está dirigida al público más adulto de Kas”, reconoce la
compañía. Una afirmación que alude al público de más edad una vez pasada
la época inicial, hace ya algunas décadas, en la que el bitter kas era
apetitivo muy común en bares y entre clientela de menor edad. Incluso
llegó en su momento a ser una bebida relacionada con las dietas, por su
contenido bajo en calorías.
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