(Un artículo de Magda Carlas en el suplemento dominical del Periódico de Aragón del 4 de agosto de 2019)
Este sabroso puré de garbanzos ha dejado de ser un exotismo y se sirve en muchos restaurantes y hogares. Tiene un montón de ventajas.
1 El hummus es una mezcla de garbanzos hervidos, tahina ( pasta de
sésamo), aceite de oliva y zumo de limón, entre otras cosas. Lo más
importante es que es una manera fácil de tomar legumbres. Las legumbres,
según los expertos, son alimentos que deberían estar presentes en la
dieta dos o tres veces por semana.
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No necesita cocción y la receta es simple, ideal para cualquier época
del año, pero especialmente para cuando se tienen pocas ganas de estar
en la cocina.
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La mezcla de garbanzos y tahína aporta proteínas de calidad, pues el
sésamo es rico en metionina, aminoácido esencial que está en muy poca
cantidad en las legumbres. Las proteínas son de calidad si poseen todos
los aminoácidos esenciales.
4 El
hummus contiene grasas monoinsa-turadas, procedentes del aceite de
oliva, y poliinsaturadas, procedentes del los garbanzos y el sésamo.
Esto lo hace un alimento cardiosaludable, que además ayudará a bajar los
niveles de colesterol. Por cierto, tiene un valor energético moderado:
150-200 kcal/100 g.
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Los garbanzos en puré hacen que la legumbre sea mucho más digestiva. Si
se añaden unas cucharadas de yogur, la digestibilidad aumentará.
6 El hummus aporta fibra, procedente de los garbanzos y el sésamo.
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Contiene calcio: el sésamo aporta unos 150 mg/100 g y los garbanzos 120
mg/100 g. Un buen plato, en definitiva, para niños y personas que
necesiten dosis extra de este mineral.
8 El zumo de limón aporta vitamina C y su poder de conservación del resto de vitaminas del plato.
9 Es versátil: puede ser un entrante, un canapé, guarnición, relleno de crêpe, incluso crema para untar un sándwich.
10 Es un plato de ingredientes asequibles.
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