viernes, 17 de enero de 2020

La fruta y la vida

(La columna de Carlos Maribona en el XLSemanal del 16 de junio de 2019)

¿Será el aguacate un nuevo ingrediente de la dieta mediterránea? Es muy probable. Esta dieta, tan valorada en el mundo, es el resultado de una interacción entre muy diversos pueblos a lo largo de los siglos. Algunos de los productos que la componen han estado en los países que circundan el Mare Nostrum desde tiempos inmemoriales, pero otros han ido llegando progresivamente en muy diferentes épocas. ¿Alguien puede imaginar ahora la dieta mediterránea sin el tomate?

El Descubrimiento de América generó un intercambio entre ambas orillas del Atlántico. Y entre otros muchos productos nos llegaron aquellos tomates y estos aguacates. El primer documento escrito que habla de ellos es el de Martín Fernández de Enciso (Suma de geografía) en 1519, quien los describe como un fruto que «cuando se parte para comerlo es de color amarillo, lo que hay dentro es como la mantequilla, tiene un sabor delicioso y deja un gusto tan blando y tan bueno que es algo maravilloso». Denominada ‘la fruta de la vida’, resulta bastante peculiar, ya que en lugar de carbohidratos, como ocurre en las otras frutas, contiene grasas saludables. El clima de zonas como Granada y Málaga es un gran aliado para que España se haya convertido en pocos años en el mayor productor de Europa, más del ochenta por ciento del total de la Unión Europea. Ya saben. Es sano y lo tienen muy cerca.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Free counter and web stats