jueves, 9 de julio de 2020

Y de aperitivo, pipas

(Un texto de S. Vivas en la revista Mujer de Hoy del 11 de julio de 2015)


Comer pipas es algo más que un pasatiempo nacional. Te contamos todo lo que te pierdes si no incluyes estas deliciosas semillas en tu dieta.

LA DOSIS ADECUADA
Puedes consumir hasta 100 g de pipas (pesadas sin pelar) al día sin temor a engordar ni un gramo. De hecho, tienen las mismas calorías que una manzana grande. En cuanto a su preparación, las crudas conservan todos los nutrientes, pero las tostadas también son una buena opción, aunque en el proceso pierden algunas vitaminas. De las saladas, mejor abstenerse, sobre todo si sufres hipertensión.

QUÉ APORTAN
Omega 3 antiinflamatorio, vitamina E antioxidante, minerales de esos que las mujeres echan en falta (hierro, calcio...). Otra de sus cualidades es que, si se consumen junto a frutos secos o legumbres, ambos alimentos se complementan y logran una proteína de alto valor biológico.

QUÉ HACEN POR TI
Aumentan las defensas, equilibran el metabolismo, evitan que picotees entre horas y, lo mejor, ayudan a prevenir el cáncer. "Las pipas de girasol contienen lignanos, que además de reducir el colesterol también combaten los síntomas de la menopausia y reducen el riesgo de sufrir cáncer de mama", explica la nutricionista Amil López de dietacoherente.com.

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