Comer pipas es algo más que un pasatiempo nacional. Te
contamos todo lo que te pierdes si no incluyes estas deliciosas semillas en tu
dieta.
LA DOSIS ADECUADA
Puedes consumir hasta 100 g de pipas (pesadas sin pelar) al
día sin temor a engordar ni un gramo. De hecho, tienen las mismas calorías que
una manzana grande. En cuanto a su preparación, las crudas conservan todos los
nutrientes, pero las tostadas también son una buena opción, aunque en el
proceso pierden algunas vitaminas. De las saladas, mejor abstenerse, sobre todo
si sufres hipertensión.
QUÉ APORTAN
Omega 3 antiinflamatorio, vitamina E antioxidante, minerales
de esos que las mujeres echan en falta (hierro, calcio...). Otra de sus
cualidades es que, si se consumen junto a frutos secos o legumbres, ambos
alimentos se complementan y logran una proteína de alto valor biológico.
QUÉ HACEN POR TI
Aumentan las defensas, equilibran el metabolismo, evitan que
picotees entre horas y, lo mejor, ayudan a prevenir el cáncer. "Las pipas
de girasol contienen lignanos, que además de reducir el colesterol también
combaten los síntomas de la menopausia y reducen el riesgo de sufrir cáncer de
mama", explica la nutricionista Amil López de dietacoherente.com.
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