(Un texto de Jorge García Palomo
en una de las revistas Ling de 2017)
“No conozco ningún secreto en
particular de Torvehallerne", nos confiesa con humildad su responsable de
marketing, Mathilde Thykier. Porque, sin duda, el secreto a voces, la mayor
virtud de este espacio carismático con unas 80 tiendas es que se trata del mercado
de alimentos más grande de Copenhague. Y que atrae a más de 80.000 visitantes a
la semana. Una suerte de Boquería barcelonesa o mercado de San Miguel madrileño
en la capital de Dinamarca que brinda toda una oda a los productos excelsos,
las verduras locales, carnes de órdago, cafés importados desde distintos
rincones del mundo, delicias artesanales y ecológicas, quesos, zumos de frutas,
cervezas, especias exóticas, pescado fresco y esa ingente variedad gastronómica
en la que habita el gusto colectivo. Y el de cada uno.
Comidas gourmet,
especialidades culinarias riquísimas, diferentes viandas y llamativos dulces
para soñar despiertos. Incluso se pueden encontrar ornamentos florales,
utensilios para el arte entre fogones y, sí, ese otro clásico de los daneses
que son los smorrebrod, tostadas de pan negro con mantequilla e
ingredientes fríos que maridan —sorprendentemente— a la perfección. Quizá todo
esto de comprar bien y saborear un buen plato, valga la osadía, tiene también
que ver con el hygge, la etérea filosofía escandinava que promueve el
bienestar de sus ciudadanos y que últimamente ha dado la vuelta al globo
terráqueo desde los medios de comunicación. Porque en las sociedades actuales
existe una imperiosa necesidad de echar el freno y degustar la felicidad
cotidiana. A fuego lento.
En cualquier caso, volvamos a
Torvehallerne. Diseñado por el arquitecto Hans Hagens e inaugurado en 2011, hoy
se ha convertido en un lugar muy popular. Estamos en el corazón de Copenhague,
en lsraels Plads, cerca del Ayuntamiento y a un centenar de metros de la
estación de Norreport, buen enlace con el aeropuerto. Con perdón por el tópico,
Torvehallerne se enmarca en el centro neurálgico de la urbe. Totalmente. Lo
conforman dos modernos pabellones de cristal y acero y, tras los flamantes
mostradores, nos dan la bienvenida los expertos que comparten con el cliente su
vocación por la cocina.
"Es un mercado que se centra
en la diversidad y en la posibilidad de participar en catas y descubrir rarezas
de aquí y de allá. El punto de partida es el respeto fundamental por el
producto, la comida y la cultura alimentaria. Las palabras claves son calidad,
frescura y contacto directo entre comerciantes y fabricantes", definen
desde su web: www.torvehallernekbh.dk. Y ante la pregunta de cuándo acudir,
otra razón de su éxito: abren los siete días de la semana. Como afirma su
responsable de marketing, Mathilde Thykier, reciben visitas de "muchísimos
turistas de todas partes del mundo, principalmente de Europa". "Torvehallerne
es un mercado variado con un montón de puestos de comida, con un acceso cómodo,
con productos locales y para llevar", subraya para Ling. Un entorno
idóneo, desde luego, para quienes quieren tomar algo rápido o un menú más
sofisticado o tapas genuinas. O tal vez haya quien prefiera preparar la pitanza
después, con calma, en la calidez del hogar que recomienda el célebre hygge,
la admirada felicidad danesa. Algo que se puede observar en Torvehallerne,
donde no faltan propuestas tan interesantes como la tienda de té Tante T, The
Coffee Collective, Cofoco Supermarché, Sushi Lovers o el Summerbird para fans
del chocolate. Pero lo mejor, como suele ocurrir en estos casos, es improvisar
y despertar los cinco sentidos. Incluso el sexto.
Sentido común. No olvidemos las
pautas básicas de cordialidad y educación. Los artífices del afamado centro
comercial de Copenhague admiten que seguramente no todas las opiniones sobre su
oferta gastronómica —o sus precios— serán siempre positivas. "Mantenga el
buen tono", sugieren allí mismo y en la web. Porque así deberían ser estos
espacios de convivencia: relajados, apacibles, entregados a la delicadeza y la
pasión por redescubrir los colores y sabores de la buena mesa. De acuerdo, hay
muchos planes potentes para exprimir Copenhague y Torvehallerne igual no ocupa
el primer puesto de la agenda del viajero, pero la vida de las ciudades se
respira también en los mercados. Y si son de proximidad, más y mejor. Bazares,
zocos, el Rastro... Aquí brota la espontaneidad. Incluso en los sitios más asépticos.
Y el encanto de Torvehallerne lo sintetizan con puntería fina desde el portal
oficial de la capital danesa, www.visitcopenhaguen.com: "No es un supermercado.
Es un súper mercado". Lo del hygge igual no se acaba de entender
del todo, pero en esto han estado muy inspirados. Buen provecho.
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