miércoles, 15 de julio de 2015

¡Todo al verde!



(Un texto de S. Vivas en el Mujer de Hoy del 22 de octubre de 2011)

Guisantes.
Frescos o en conserva resultan deliciosos, pero congelados o secos conservan mejor sus virtudes nutricionales. Son ricos en fibra (7,8 g cada 100 g) y gracias a ello ayudan a depurar el organismo de, por ejemplo, el exceso de colesterol. Además, poseen potasio, un macromineral imprescindible para nuestros músculos.

Coles de Bruselas.
Repletas de proteínas e hidratos de carbono contienen, además, vitamina B que ayuda a quemar la energía que aportan a la dieta otros alimentos ricos en azúcares.

Algas.
De entre sus múltiples virtudes destaca la de poseer un tipo especial de fibra (mucilaginosa) que permite al organismo desintoxicarse.

Aguacate.
Su carne de textura untuosa obedece a que contiene un tipo de grasa que contribuye a equilibrar el nivel de colesterol en sangre. Además, es la fruta de la fertilidad, gracias a su vitamina E.

Kiwi.
Es muy rico en vitamina C (una sola pieza puede cubrir las necesidades diarias), que protege las encías, previene la anemia y fortalece al organismo en situaciones de tensión.

Espinacas.
Poseen betacarotenos que el cuerpo transforma en vitamina A, un componente imprescindible para la buena salud de los ojos y la piel. Además, aportan reservas de calcio y ácido fólico.

Calabacín.
Sus hidratos de carbono complejos y pocas calorías (14 por 100 g) lo convierten en el alimento perfecto para perder peso. También es una fuente de vitamina K, imprescindible para los glóbulos rojos.

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