(Un texto de J.F. Losilla leído en el Heraldo de Aragón del 22 de marzo de 2015)
La audacia y la amplitud de miras son dos virtudes fundamentales para emprender cualquier aventura empresarial. Trascender a la convención y a la obviedad puede abrir puertas que se creían selladas, deparando oportunidades que reportan beneficios económicos. Hasta las ideas en apariencia más disparatadas pueden germinar y florecer. Todo depende de la rigurosidad del plan que se trace y de la generación de un interés en la sociedad y en el entorno.
Nada es imposible al lanzarse al ruedo del emprendimiento. Este tópico tan en boga entre ‘coachs’ y gurús, cobra visos de realidad con un peculiar fenómeno que se está extendiendo en Londres a lo largo de los últimos meses. La conversión de antiguos lavabos públicos en bares y restaurantes se está tornando en una moda imparable. A priori, la iniciativa crea cierto rechazo e incredulidad. Pero su puesta en práctica se está revelando extraordinariamente eficaz. Solo en la capital inglesa ya se supera la decena de establecimientos de este tipo. Y la cifra –y la solicitud de los pertinentes permisos– va en aumento.
El Ladies and Gents es uno de los últimos en sumarse a esta oferta. Situado el número 2 de Highate Road en Kentish Town, al norte de la ciudad, es propiedad de William Borrell, hermano del cantante del grupo de indie rock Razorlight. Fue inaugurado el pasado diciembre en lo que eran unos cochambrosos urinarios que llevaban clausurados desde hacía más de diez años. «Había pasado muchas veces por delante, pero no había entrado. La verdad es que cuando los vi por primera vez estaban hechos un desastre. Ni siquiera apetecía entrar y pasar unos segundos en el interior. Pero en lo que realmente me fijé no fue en esa apariencia, sino en el potencial de ese espacio. Podía dar mucho de sí. Me convencí de que valía la pena intentarlo», explica Borrell.
La plasmación de esa decisión estuvo trabada por impedimentos legales. Las negociaciones con las autoridades locales no fueron sencillas. Finalmente, se impuso en la puja y ha obtenido una concesión de 15 años de duración.
El flamante Ladies and Gents afronta ya su cuarto mes de vida con un aspecto radicalmente diferente al contemplado por Borrell en su primera incursión. Sus paredes conservan los azulejos blancos originales. Las coincidencias concluyen aquí. Especializado en cócteles, ya ha cautivado a una fiel parroquia, entra la que se encuentra el popular cómico Noel Fielding. También se celebran conciertos de muy pequeño formato. «Hemos procurado mantener alguna vinculación con su anterior uso, pero nuestra filosofía ha sido regentar un bar cálido, en el que los clientes se sientan a gusto. La respuesta no puede ser mejor», remata.
Otras escalas en este singular itinerario londinense son el Bermondsey Arts Club, el Attendant, el Portside Parlour, el chispeante Cellar Door, el Wine & Charcuterie o el The Convenience.
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