(La
columna de Martin Ferrand en el XLSemanal del 26 de diciembre de 2010)
Desde que Alejandro Dumas alumbró a Los tres mosqueteros, que eran cuatro -
D'Artagnan, Athos, Porthos y Aramis-, son muchos los tríos famosos que han servido
para propiciar la alegría y el entretenimiento. Quienes ya peinan canas
recordarán a Irusta, Fugazot y Dernare, los argentinos que, al final de los 20,
instalaron el tango en España. Antonio Quintero, Rafael de León y Manuel
Quiroga -Quintero, León y Quiroga- es otro trío inmortal, creador de las coplas
más hermosas, desde Ay, pena, penita, pena
al Romance de la reina Mercedes, que
engrandecen uno de los signos de identidad de la expresión musical española.
Los conocidos como payasos de la tele, Gaby, Fofó y Miliki, continuadores de la
mítica familia Aragón, después de hacer reír a los niños de media América,
desde los 70, formaron parte de la vida y la alegría de los niños españoles.
En el ámbito de los que tienen trascendencia
gastronómica, el trío lo formaron en 1890 los hermanos Alberto y Eladio del
Valle, Bernardo de la Ballina y Ángel Fernández -Valle, Ballina y Fernández-,
que, para atender la demanda de los emigrantes
asturianos, le añadieron gas a la sidra natural y crearon la Sidra El Gaitero,
«famosa en el mundo entero», como decían sus anuncios. No es, como algunos piensan,
un champán para pobres o un cava de segunda. La sidra se hace con manzana, no
con uva, y es ideal con turrones, mazapanes, mantecados, frutos secos y demás
elementos esenciales en la celebración de la Navidad y Año Nuevo. La sidra
verdadera, la natural, es un aperitivo único; la achampanada, un postre
adecuado.
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