(Un texto leído en el suplemento gastronómico del Heraldo de
Aragón ‘Con mucho gusto’)
La nuez es un fruto seco conocido y consumido desde tiempos remotos en
Asia occidental y en Europa. Tiene orígenes muy diversos, que van desde el Este
asiático al Sudeste de Europa y el Norte y Sur de América. La especie más
cultivada y apreciada es la Juglans regia, denominada nuez persa o inglesa.
Entre todos los frutos secos que se conocen, las nueces solo son superadas por
las almendras en consumo mundial.
La nuez es la semilla de un fruto en drupa y la parte comestible son
los dos cotiledones lobulados y arrugados. Los griegos la llamaban kara (cabeza)
por su parecido con el cerebro humano. Los romanos ya la consideraban un alimento
propio de dioses porque desde hace miles de años se asocia el consumo de nueces
con salud y buena memoria. Desde la antigüedad, además, las nueces se han
prensado para obtener su aromático aceite. En Europa y Asia se hacía también
leche de nueces y aún hoy aportan la base grasa y sabrosa de salsas en Persia
(fesenjan), Georgia (satsivi) y México (nogada). La nogada tradicional mexicana
se elabora, además de con nueces y almendras, con queso de cabra, leche y
azúcar. Los chiles en nogada es un plato típico muy consumido en algunas
regiones mexicanas, como Puebla.
En algunos países se recogen nueces inmaduras o verdes a principios de
verano para encurtirlas (en Inglaterra), para dar sabor a bebidas alcohólicas
dulces (el 'nocino' siciliano o el 'vin de noix' francés) o para conservarlas
en almíbar (en Oriente Próximo).
Bien conocidas son las benéficas sustancias que contienen las nueces y
que actúan en la regulación de los índices de colesterol, protegiendo contra
las alteraciones cardiovasculares, a pesar de lo cual por nuestras latitudes se
consume preferentemente como fruto seco.
En las cocinas no se usa demasiado si no es en repostería y panadería, a
pesar de que, como apunta Carlos Hernando, chef-del restaurante Stemar, de
Zaragoza, es un producto que aporta, además de sabor, textura y contraste a los
platos. Puede que no se utilice más porque es un producto caro para el
rendimiento que aporta en los fogones, apunta Hernando, quien echa mano de estos
frutos secos para elaborar ensaladas, salsas y guarniciones para acompañar
carnes guisadas. Armoniza muy bien con el queso, por lo que ambos alimentos
suelen formar parte de ensaladas de lechuga junto a uvas pasas u otras frutas.
Como postre, también es muy frecuentada la combinación de nueces y todo tipo de
quesos, sobre todo en las mesas del País Vasco y Navarra.
Un gran defensor del uso de las nueces en la cocina es el reconocido chef
Santi Santamaría, quien defiende las sensaciones placenteras de las nueces,
muchas de ellas solo aportadas por este fruto seco. El chef de Can Fabes ha empleado
este ingrediente en platos como 'Crema de nueces con gambas y cúrcuma',
'Ensalada de jurel con frutos secos y espinacas', 'Pastilla de pato a la canela
con nueces e higo', 'Quesos con hierbas y nueces', 'Helado de miel y nueces' o
'Tartaleta de caramelo y nueces'.
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