(Un artículo leído en
el Consumer Eroski de abril de 2010)
Alfalfa. Se toma germinada,
estimula los procesos digestivos y mineraliza la masa ósea. Por eso, es muy
útil en la dieta de mujeres con menopausia y osteoporosis.
Altramuz. Lo más habitual
es encontrarlo en salmuera, como aperitivo. Aportan más calorías porque tienen mayor
cantidad de grasa y proteínas en su composición.
Cacahuete. Mal clasificado
como fruto seco, el maní es una legumbre. Es más calórica que el resto y destaca
su aporte en vitamina E.
Soja. En comparación con
el resto de legumbres, la soja aporta mayor cantidad de calcio, hierro, yodo, magnesio,
potasio y fósforo, además de ácido fólico. Su contenido en proteínas es
elevado.
Garbanzo: El valor calórico
del garbanzo es mayor al resto de la media de las legumbres. Su principal componente
son los hidratos de carbono por lo que resulta un alimento adecuado en caso de
fuertes esfuerzos físicos.
Guisantes: Son conocidos
por su elevado contenido en fibra y por su reducido aporte de grasa.
Haba: Su valor nutritivo
varía si es fresca o seca. Aporta más cantidad de hidratos de carbono, proteínas,
fósforo, magnesio y hierro si el haba está seca.
Judía/alubia: Rica en fibra,
potasio y hierro, aunque su componente principal son los hidratos de carbono.
Pero no por ello es la legumbre más calórica. Es la que menos cantidad aporta: algo
más de 300 Kcal (100 gr en crudo) frente a las 370 Kcal de la soja.
Lenteja: La creencia de
que las lentejas son muy ricas en hierro no es del todo correcta. Aportan gran
cantidad de este mineral pero es de difícil absorción. Por eso, se deben combinar
con alimentos ricos en vitamina C.
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