(Un texto de Juan Barbacil en el suplemento gastronómico del
Heraldo de Aragón del 7 de diciembre de 2013)
En Australia y Nueva
Zelanda se empezó a elaborar cerveza cuando llegaron los colonos europeos a finales
del siglo XVIII. John Boston elaboró las primeras cervezas en 1794 utilizando
maíz importado de India (en lugar de cebada) y tallos y hojas de grosella para
conseguir el amargor.
Además de las
dificultades para obtener los ingredientes, los primeros cerveceros australianos
también tuvieron que luchar contra un clima poco favorable. Como consecuencia del
efecto del calor sobre la levadura de fermentación alta que se utilizaba para
las ales de estilo inglés, el proceso de elaboración era impredecible; incluso cuando
se realizaba con éxito la cerveza no se podía conservar durante mucho tiempo.
A finales del siglo XIX
los cerveceros pioneros, entre ellos los hermanos Foster, introdujeron el enfriado,
de modo que la mayoría de las ales fueron sustituidas por lagers doradas de
fermentación baja que siguen siendo el estilo más popular del país.
La lager original de
Australia, la citada Foster, tiene una textura suave y un redondo sabor
malteado en paladar con una ligera presencia de lúpulo en el final. Fue
elaborada por primera vez en Melbourne en 1887 por los citados hermanos de
Nueva York que, al año de elaborar su primera cerveza, regresaron a su ciudad natal.
Por esa dificultad en la
elaboración y en la fermentación, al comienzo había que añadir azúcar para
provocarla de manera que de vez en cuando las llamaron las cervezas dulces. La
menos cosmopolita de las antiguas ciudades australianas, Adelaida, fue donde se
elaboraron por primera vez y es aquí donde ha permanecido este estilo de cerveza.
En el mercado nacional australiano
dominan dos compañías gigantes, Carlton y United Breweries (una división del
internacional Foster's Brewing Group) y Lion Nathan de Nueva Zelanda.
La Coopers Sparkling Ale
es una antigua versión de la pale ale británica adaptada a las condiciones coloniales
pero tornada en ámbar. Esta cerveza tiene un sedimento abundante, es turbia y
su vivida fermentación secundaria en la botella le da una carbonatación y un
afrutado casi agresivo. Es aguda, asorbetada y ofrece una explosión de sabores
y aromas. Thomas Cooper, natural de Carlton, cerca de Skiptonen Yorkshire, tenía
27 años cuando emigró a Australia del sur en compañía de su esposa, hija de un
posadero retirado en 1852. Trabajó como zapatero y como lechero, y se cree que
elaboró su primera cerveza como tónico para su esposa a partir de una receta
que ella le proporcionó. Después siguió proporcionándosela a sus vecinos y en
1862 siguió con una producción comercial pero solo para clientes privados. La
esposa de Coopers murió joven; él se casó de nuevo y fue padre de 16 hijos. Seis
Coopers de la cuarta y quinta generación trabajan actualmente para la compañía.
Por su parte la cerveza
australiana Foster's fue lanzada por Foster Brothers en 1887; es una rubia inspirada
en la cerveza europea, y su graduación de alcohol que tiene es del 4.9%. Según
parece no es de las más populares en el país.
La investigación
cervecera también está muy activa en Australia y así investigadores de la
Universidad de Griffith han dado con la solución a la resaca: una cerveza con
electrolitos (un ingrediente común de las bebidas deportivas), con lo que
consiguen evitar la deshidratación. Aunque hay un 'pero': la nueva cerveza
tiene menos grados de alcohol. Griffith dijo a Huffington Post que «de los cuatro
tipos de cerveza que los sujetos consumían, la cerveza ligera fue lejos la
mejor conservada por el organismo, lo que significa que fue la más eficaz en la
rehidratación».
En su estudio, Griffith
cambió los ingredientes de cuatro tipos de cervezas: dos que comercializan, una
con un contenido medio de alcohol y otra muy ligera. Los investigadores observaron
que los electrolitos no afectaban el sabor de la cerveza, informa
latercera.com.
¿Resultado del
experimento? La cerveza ligera era un tercio más efectiva para hidratar a los
bebedores y evitar las resacas.