(Extraído de un texto de Alejandro Toquero en el suplemento
gastronómico del Heraldo de Aragón del 28 de septiembre de 2013)
[…] Disimulada en conocidas cremas de chocolate, en tartas,
bombones, turrones y en repostería variada es donde más acomodo suele encontrar,
sin olvidar que con ella se elaboran estupendos licores.
Precisamente, uno de los dulces donde la avellana ha alcanzado
la excelencia se elabora en Aragón. Se trata del conocido pastel ruso de Ascaso.
Su fina crema de avellanas y almendras, cremosa y esponjosa, está muy conseguida,
hasta el punto de que ha recibido muchos reconocimientos. Su conservación es en
frío, pero a la hora de degustar este pastel conviene hacerlo a temperatura
ambiente.
[…] con las avellanas se pueden hacer muchas cosas. […] se
refiere al toque especial que puede aportar a platos salados […] podemos hacer una
salsa verde sustituyendo parte de la harina por polvo de avellanas. Eso sí, hay
que tener cuidado a la hora de triturarlas, ya que si se hace demasiado se
corre el riesgo de dejarla como una masa untosa y difícil de trabajar. Ese polvo nos va a permitir ligar la salsa y le va
a dar el toque dulzón característico de
la avellana.
[…] con este y otros frutos secos se pueden hacer majadas o
picadas para añadir a guisos y estofados, una utilización que en la gastronomía
catalana y balear es muy habitual. Además, la combinación de sabor, textura y
hasta color encaja muy bien cuando hablamos
de las posibilidades que ofrece para preparar empanados. Mezclada la avellana y
otros frutos secos con el pan rallado,
bien picados, nos va a permitir dar un toque diferente al filete o al pescado
que vayamos a empanar.
Este cocinero también se refiere a su presencia en ensaladas
compartiendo protagonismo, por ejemplo, con los clásicos piñones. En este caso,
recomienda pasar los frutos secos un momento por la sartén o el horno, ya que
el calor contribuye a potenciar su aroma.
Sobre su utilización en crudo o tostada, aconseja que en
platos salados, para preparar salsas o espumas, se use la avellana natural, mientras
que el aroma de fruto seco tostado le va muy bien a toda la repostería.
"Pero dependiendo de la cultura gastronómica de cada zona, lo cierto es
que el uso puede ser uno u otro; en Alemania, por ejemplo, las avellanas se
venden cuando todavía no están maduras
porque las usan para salsas con vinagres y las prefieren así», explica el
colaborador de Kuhn Rikon.
Además de su utilización en la cocina, José Manuel Martínez
es un firme defensor de incorporar a la dieta diaria un consumo moderado de
frutos secos y, en concreto, de avellanas. "Su grasa es muy buena y nos protege
de enfermedades cardiovasculares; además, son un estupendo antioxidante, tienen
muchas proteínas y su aporte energético es muy destacable», prosigue. De hecho,
la mayoría de las barritas energéticas que hay en el mercado incluyen este fruto.
Para los deportistas es también muy recomendable.
Además, de las avellanas se aprovecha casi todo: así, las
cáscaras se utilizan corno combustible en instalaciones de biomasa; las hojas,
para dar de comer al ganado, y la corteza y las hojas se emplean en los laboratorios
para fabricar coagulantes.
Pero, sin duda, es la semilla que esconde la cáscara el
tesoro más apreciado. Además, recién inaugurado el otoño, estamos en el momento
óptimo de la temporada para consumir las primeras avellanas de la nueva
cosecha, las que conservan los aromas más intensos de los frutos recién cogidos
del árbol.
Horchata de avellanas
Una curiosa posibilidad a la hora utilizar este fruto seco
es preparar con él una horchata. La receta para elaborarla es sencilla, aunque
requiere bastante tiempo, ya que las avellanas deben estar en remojo entre 8 y
10 horas. Pasado ese tiempo, los frutos se machacan hasta obtener una pasta, a
la que se añade agua. Los recetarios sugieren añadir un vaso de agua por cada 30
gramos de avellanas. Al cabo de dos horas, se pasa por un colador para que la
bebida resultante, a la que se conoce como horchata de avellanas, quede lo más
limpia posible.
ÁCIDOS GRASOS MUY
BENEFICIOSOS
La composición grasa de las avellanas es distinta a la de otros
frutos secos cardiosaludables como las nueces, aunque igualmente beneficiosa
para la salud. En las avellanas, los ácidos grasos más abundantes son los poliinsaturados
de la serie Omega 6, como el ácido linoleico (esencial), que reducen el colesterol
total. Igualmente positivos son los efectos en la reducción sustancial de los triglicéridos
plasmáticos y en la capacidad para hacer más fluida la sangre, previniendo la formación
de trombos o coágulos.
Volcán de avellanas y
chocolate
Ingredientes para 4 personas: 2 huevos grandes; 60 gramos de
azúcar glas; una pizca de sal; 100 gramos de mantequilla; 125 gramos de chocolate
negro; 1 copita de licor de avellana; 40 gramos de avellanas; 40 gramos de
harina tamizada;
Semimontamos los huevos en un bol con 60 gramos de azúcar
glas y una pizca de sal. En otro bol apto para microondas, derretimos a bala
temperatura y a intervalos cortos de tiempo 100 gramos de mantequilla y 125 de
chocolate negro bien picado.
Mezclamos ambos boles con espátula de pastelero y con movimientos
envolventes. Añadimos una copita de licor de avellana, 40 gramos de avellana picada
y otros 40 gramos de harina tamizada. Integrar bien todo.
Usar como moldes 4 aros de cocina. Cortar una tira de papel
de horno para cada aro, de una altura de unos 6 cm. Largura, la del rollo de
papel. Colocar sobre el fondo de una bandeja una lámina de papel de horno y encima
se van poniendo los aros. Coger las tiras de papel, hacer un círculo con ellas
juntando los dos extremos y las vamos colocando en el interior de cada aro, de
tal forma que cada tira se quede lo más cerca posible de la pared del aro.
Llenar nuestros aros con el preparado de avellana y
chocolate, y meter la bandeja al horno precalentado a 200 grados 10 minutos.
Desmoldar con cuidado con un cuchillo pequeño y comer rápidamente,
ya que si pasa mucho tiempo el líquido interior se enfría y queda espeso.
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