(Un texto de Juan Barbacil en el suplemento gastronómico del
Heraldo de Aragón del 12 de julio de 2014)
A través
de los siglos, los monasterios de toda Europa han desarrollado una reputación única
por la paciente elaboración de excelentes bebidas usando lo mejor del clima, el
suelo y de las cosechas del lugar. Naturalmente, en Bélgica se dedicaron a
elaborar cerveza.
En la
temprana Edad Media, los monjes brindaban abrigo, comida y refrescos a los
viajeros y peregrinos que pasaban. Siendo totalmente autosuficientes, los monjes
hacían artesanalmente sus cervezas con los más finos ingredientes que había
disponibles en los alrededores y con una dedicación casi religiosa, siguiendo las
estrictas reglas para la elaboración de las cervezas de abadía de ese período.
En la
provincia de Namur, muy próxima a la ciudad de Dinant, se encuentra la abadía
de Notre Dame de Leffe, un lugar de recogimiento y oración que data del siglo
XII. Las renombradas Leffe son originarias de este lugar, Notre Dame de Leffe,
la abadía del sur de Bélgica. Fundada en 1152, sus monjes elaboraban cerveza con
los productos locales; su fórmula pasaba de generación en generación.
La
historia de la cervecería ha experimentado varios episodios hasta el día de hoy.
Así, en plena Revolución francesa, el monasterio fue abandonado y la cervecería
quedó totalmente asolada, hasta que, en 1902, los canónigos de la orden de los
mostenses regresaron y la reconstruyeron. Más tarde, en 1952, se asociaron con
la cervecería Flemish, que muchos años después terminó siendo comprada por
Interbrew (hoy InBev). En consecuencia, actualmente la producción de Leffe se lleva
a cabo en la cervecería de Stella Artois, en la ciudad de Lovaina.
Si bien
posteriormente este acuerdo de un monasterio con una cervecería privada fue imitado
por otras abadías cerveceras, en su momento hizo surgir severas críticas en el
sector más purista y conservador de las ale de abadía.
Leffe
Triple es la cerveza que posee una fermentación más elevada de todas las que
produce la marca. Se elabora a base de agua, malta, lúpulo, levadura y maíz, y
tiene un color marrón claro intermedio entre la cerveza rubia y la negra. Llama
La atención su blanca y cremosa espuma, que forma una bonita corona en la copa.
De aroma afrutado, esta ale de abadía tiene toques a naranja y cereales y a
especias como clavo y canela. En general, su carácter es marcadamente
refrescante, y en boca se entremezclan las
notas de limón con la vainilla y un toque de especias. Ofrece un final dulce y
prolongado que la convierte en una cerveza fácil de beber.
La
Triple posee un 7% de alcohol en un principio, pero continúa su proceso de
fermentación una vez embotellada, por lo que puede alcanzar un 8,4% de
graduación cuando se sirve en la taberna o en casa.
Aunque
la cerveza Leffe no se fabrica en la abadía como hace siglos, conserva ese
característico sabor de antaño.
Hoy, en
Dinant, funciona el museo de Leffe mientras el mundo cálido y amistoso de la
abadía de Leffe todavía se conserva, igual que los secretos de sus recetas, que
se han preservado cuidadosamente y se han trasmitido a través de los siglos.
Ofrecen un mundo tranquilo en el cual hay tiempo para gozar de esos momentos
especiales, el relajarse con los amigos y disfrutar los ricos y animados
sabores de una Leffe.
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