(Un texto en el suplemento gastronómico del Heraldo de
Aragón del 22 de agosto de 2014)
El café soluble es un extracto de café en polvo o aglomerado
que se disuelve fácilmente en agua caliente y que fue inventado en 1899 por el químico
americano de origen japonés Sartori Kato y patentado en 1901 bajo el título
"A New or Improved Coffee Concentrate
and Process for Making the same".
El procedimiento de Kato fue perfeccionado en 1906 por el químico
belga George Constant Washington residente en Guatemala, llegando incluso a
comercializar su producto, con éxito, en los EEUU y en la época de la I Guerra
Mundial.
Las dos guerras mundiales lanzaron su consumo por todo el mundo
ya que los soldados americanos recibían en su rancho un sobre de tres cuartos
de onza de café soluble y al volver a sus hogares lo fueron extendiendo por todo
el país y, por tanto, a lo largo del mundo.
El sistema más usual de su fabricación es el atomizado y consiste
en eliminar el agua del café líquido, producido prácticamente igual que el
podemos hacer en nuestra casa, pero en grandes cantidades y por procedimientos
altamente industrializados, y posteriormente pulverizándolo dentro de una
fuerte corriente de aire caliente que evapora el agua del café, junto con multitud
de aromas esenciales, y dejando sólo el extracto seco del café al que luego
volveremos a añadir agua caliente.
El sistema de liofilización consiste en eliminar el agua
congelando la infusión por medio de gigantescas cámaras de vacío a bajísimas temperaturas
de cerca de -50º y que transforman directamente el agua del estado sólido
(hielo), al estado gaseoso (sublimación) y dejando el residuo del extracto seco
de café. El hecho de que el producto permanezca a temperaturas muy bajas y sin
contacto con aire caliente (está al vacío) permite que el aroma natural del
café permanezca en los granos de cale liofilizado, generando así una bebida de
mejores características que por el método del atomizado.
No hay comentarios:
Publicar un comentario