(Un texto de Juan
Barbacil en el suplemento gastronómico del Heraldo de Aragón del 14 de
diciembre de 2013)
En la década de 1920 la
agencia publicitaria británica S. H. Benson hizo una encuesta entre los
consumidores para determinar la razón por su preferencia por la Guinness. «Me
sienta bien», fue la respuesta, y esta fue la base de la publicidad del
producto durante muchos años.
La cerveza Guinness es para
los irlandeses todo un símbolo nacional. Es realmente rara la ocasión en la que
una bebida alcohólica se identifica con una nación y este es un caso. Esta
cerveza negra, de estilo stout, lleva compartiendo vida y alegrías con Dublín
desde 1725 y hoy forma parte imprescindible del paisaje urbano de la capital, pero
no sólo eso: es también parte imprescindible en cualquier pub, aliño
alimenticio y reunión familiar.
La fábrica (la St. James's
Gate Brewery) construida en 1759, es además una joya arquitectónica que
acompaña a la perfección a la cerveza y que se sitúa en el centro de la ciudad.
A su función cervecera hoy podemos sumar una nueva: la de haberse convertido en
un interesantísimo museo.
El edificio construido a
base de ladrillo, acero y cristal, ofrece un marco museístico desde el cual podemos
contemplar la muy atractiva colección de objetos de publicidad de Guinness (muy
interesante), su 'receta' y los diferentes tipos de cerveza.
La visita culmina en lo
alto del edificio, en el famosísimo Gravity Bar, situado en el 7º piso desde el
cual se ve una panorámica de 360' sobre Dublín. La pinta que te ofrecen al
llegar allí va incluida con la entrada, así que no debe tirarse. Y por supuesto
está la socorrida tienda de regalos donde se puede comprar algo de recuerdo.
Anécdotas. La vida de los irlandeses está tan unida a la cerveza Guinness
que hay muchísimas curiosidades acerca de la misma. Por ejemplo está
documentado que en 1759 Guinness alquiló el solar por 45 libras al año durante 9.000
años... y aún sigue así. También destaca el hecho de que Guinness registró la
lira como símbolo mucho antes que existiera el Estado irlandés. Es por eso que
cuando el Estado quiso usar la lira como símbolo patrio tuvo que voltearla,
para no infringir el copyright de Guinness. Por otra parte, en el verano de
2007 saltó a la prensa la noticia sobre un posible traslado de la fábrica al
exterior, pero nunca fue así. De hecho, con más de 4.000.000 de visitas al año,
es, según sus propietarios, el monumento más visitado de lrlanda. Y el dato
definitivo nos lo da en hecho de que en 1910 uno de cada 10 dublineses
trabajaba para Guinness.
Pero hay más historias,
nunca se terminan, acerca de esta mítica marca cervecera. Así, se dice que la
primera pinta de Guinness fue servida en Celbridge, el pueblo natal de Arthur
Guinness, en la provincia de Kildare. El local estaba situado en el mismo lugar
donde hoy se encuentra el pub conocido como Mucky Duck. Arthur Guinness se casó
con Olivia Whitmore, con la que tuvo la friolera de ¡21 hijos! Durante más de
20 años, Arthur se especializó en la producción de ale beer (cerveza rubia)
antes de comenzar sus experimentos con las cervezas negras (porter y stout).
Los dublineses (y otros
turistas presentes en la ciudad cada día) adoran la cerveza negra más famosa de
Irlanda: cada semana 9.800 pintas son servidas cada hora en los locales que se
encuentran en el Rive del Liffey desde las 17:50h del viernes hasta las 3:00 del
siguiente lunes. Se dice que hasta las donaciones de sangre en Dublín, animan a
la gente con la promesa de una pinta de Guinness gratis: ¡para recuperar el
hierro perdido!
Resulta curioso saber
que el titulo Record Guinness deriva de la Guinness Brewery, de la cual el
señor Hugh Beaver, creador de la famosa colección de récords, era administrador
delegado.
Cada año en el mundo se
producen unos 850 millones de litros de cerveza Guinness (1,8 millones de
pintas) consumidas en más de 100 países diferentes. Solo en la cervecería
Guinness de Dublín trabajan más de 3.000 personas.
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