(Leído en el XLSemanal del 27 de julio de 2014)
No se trata de desvelar si fue antes el huevo o la gallina, pero parece ser que el origen del vino con refresco de cola es riojano y se bautizó como rioja libre, aunque donde cuajó su consumo fue en el País Vasco, con el nombre de kalimotxo.
A priori es apto para la noche, por la cafeína, aunque algún desaprensivo hostelero cobrará por él como si de un combinado de lujo se tratase. Para los puristas, a nadie escandaliza la mezcla de ron o güisqui de primera con cola, así que tampoco debería hacerlo la mezcla con vino. Como siempre, cuanto mejor es el vino, mejor es el resultado final, aunque si hay crianza de por medio, el punto de madera puede desvirtuarlo.
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