(Extraído de un texto de Juan Barbacil en el suplemento
gastronómico del Heraldo de Aragón del 17 de mayo de 2014)
Puede que fuera de las primeras trapenses en llegar a
Zaragoza, cuando por aquel entonces de la Trappa solo se conocía el mundo
fascinante de los chocolates y su elaboración en los monasterios. Recuerdo que al
comienzo no era un tipo de cerveza que gustase a todo el mundo y su forma de tomarla
había que concebirla en otro entorno, con otra atmósfera; no era para quitar 'a
sed y tomarla bien fría, único argumento de beber cerveza en los años 70 y 80. Había
que acompañarla de comida y eso fue el comienzo de su éxito, al menos por estas
tierras.
La Trappe es una de las marcas de cerveza más antiguas de
los Países Bajos, y la única trapense que allí existe. El nombre de la Trappe proviene
de la abadía francesa Notre-Dame de la Grande Trappe, que se encuentra en
Soligny-la-Trappe, Normandía, también conocida como La Trappe. En esta abadía nació
la orden de los trapenses.
Los monjes trapenses franceses encontraron un refugio en Berkel-Enschot,
Brabante (Países Bajos). Unos brezales, con establos y un cobertizo de ovejas.
Los establos se llamaron Koningshoeven, haciendo honor al antiguo propietario, el
rey Guillermo II. El cobertizo de las ovejas acabó convirtiéndose en abadía. Una
abadía autogestionada y con obligación de caridad, estas fueron las razones para
comenzar a elaborar cerveza. Los monjes del convento la elaboran como medio de
subsistencia desde 1884. Para ello, siguen una tradicional receta artesanal
desarrollada por los propios monjes, que utiliza exclusivamente ingredientes naturales
como lúpulo, malta y levadura; además, para su elaboración, la cervecería
también usa agua extraída de su propio pozo. La cerveza se embotella con levadura
y azúcar, lo que permite continuar el proceso de fermentación en botella y le confiere
un aroma muy particular.
El aroma de La Trappe Tripel es ligeramente malteado. También
presenta aromas florales, afrutados y tostados, acompañados de un fondo cítrico
que resulta muy refrescante. El carácter fresco y especiado de esta cerveza se
debe al uso de cilantros que fermentan en la botella. Esta ale de abadía trapense
presenta un color anaranjado y levemente cristalino, y forma una abundante y esponjosa
espuma blanca de buena duración. De cuerpo vigoroso, su aroma caramelizado llena
la boca de un sabor dulzón que se va transformando, poco a poco, en un tenue
amargor producido por el lúpulo. A pesar del pleno y rico sabor, el alcohol
está presente durante todo el trago, y deja un retrogusto ligeramente seco y amargo.
La copa para las cervezas trapenses es la de cáliz, con el
pie alto y la boca muy ancha, de modo que el aroma y el sabor se expandan bien.
La Trappe Tripel es perfecta con quesos y patés, o bien se puede tomar como
aperitivo.
La fábrica De Koningshoeven cuenta con una amplia gama de cervezas
que aúnan tradición e innovación. Encontramos cervezas únicas como La Trappe
Witte Trapist.la única cerveza trapense blanca del mundo; y La Trappe Bockbier,
la única trapense boc. También elaboran cervezas que buscan mantener los
orígenes de la abadía como son La TrappeIsid'or, que nace como reconocimiento al
hermano Isidorus, el primer fabricante de la cerveza de la abadía; o La Trappe
Quadruppel Oak Aged, que recupera una vieja tradición, la maduración de la
cerveza en barricas de madera. Y hallamos un claro ejemplo de adaptación a los
tiempos modernos, La Trappe PUUR, una cerveza elaborada únicamente con
ingredientes ecológicos de excelente calidad. La abadía se ha convertido por
todo ello en un atractivo turístico del sur de los Países Bajos, ofreciendo a los
visitantes experiencias únicas adaptadas a todos los públicos. Visitas guiadas
a la fábrica, degustación de cervezas o excursiones en bicicleta son algunas de
las actividades que se pueden realizar en esta fábrica centenaria.
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