(Un texto de Karelia
Vázquez en El País Semanal del 2 de enero de 2011)
No se trata de
contarlas, sino de saber elegirlas. Conozca cuáles son las llamadas
"calorías inteligentes" antes de organizar su dieta.
Ya no basta con contar
calorías a la hora de perder peso. Ahora se trata de mirarlas a la cara y saber
si son malignas o inteligentes. Con las malas no hay que tratar, y a las listas
hay que incorporarlas inmediatamente y convertirlas en el centro de la dieta
porque aunque numéricamente supongan el mismo aporte calórico, estas chicas listas
proporcionan la cantidad de nutrientes y proteínas justos para crear músculo y
ayudar al cuerpo a mantener el peso deseado. El nombre de "caloría
inteligente" ha sido tomado de un programa de nutrición muy de moda en
Estados Unidos, que enseña cuáles son los alimentos ricos en calorías de calidad
y cómo y cuándo comerlos para sacarles el máximo partido. Esto es, conseguir
construir más músculo y hueso y menos grasa.
El interés por la
calidad de las calorías y no por su cantidad se ha visto respaldado por los
resultados del estudio Diógenes publicado en la revista New England Journal of Medicine y firmado por científicos de ocho
países de Europa, entre ellos España. La investigación muestra que para una
persona con sobrepeso es más útil elegir bien las calorías que contarlas.
Para adelgazar y
mantener la pérdida de peso es importante saber cómo algunos alimentos se
transforman en energía en el organismo. Por ejemplo, las lentejas y otras legumbres
tardan bastante en convertirse en glucosa. En cambio, el arroz blanco y las harinas
refinadas -no así las integrales- se transforman rápidamente y proporcionan un
aporte calórico casi inmediato. Las lentejas, con su bajo índice glucémico,
serían entonces clasificadas como calorías inteligentes.
Este hallazgo cambiará
la manera en que se diseñan muchas dietas. Ahora parece más efectivo un régimen
con un incremento moderado de proteínas y una drástica reducción de productos
de alto índice glucémico (harinas refinadas y azúcares). Además se rompe la
creencia de que las dietas con un 30% de contenido proteico no funcionan.
La clase para enseñar
cuándo una caloría es inteligente y cuándo es mejor sacarla de nuestra vida
está a punto de comenzar en la Facultad de Medicina de la Universidad de Stanford.
Hay lista de espera y los aceptados vienen cargados, por instrucción de la profesora
Stacy Sims, fisióloga y nutricionista del deporte, con muestras de sus
tentempiés favoritos que serán examinados por un ojo experto. Su filosofía no
es solo escoger las calorías, sino también el momento en que se consumen.
Porque –dice, -el timing es fundamental.
Por ejemplo, entre los asistentes hay muchos que hacen algo que para nosotros sería
una tortura: levantarse a las 5,30 de la madrugada para correr durante una
hora. Antes de empezar, lo ideal es, según Sims, comer medio plátano, media manzana
o medio yogurt desnatado. Nada más. Pero lo interesante viene después del entrenamiento.
Los 30 minutos siguientes son los mejores para acelerar el proceso de construcción
de músculo en el cuerpo. "En ningún otro momento del día una ingesta de calorías
va a conseguir ese efecto".
Las investigaciones del
doctor Paul Flakoll, del Centro Médico de la Universidad de Vanderbilt en
Tennessee, llegaron a conclusiones similares. El momento post-entrenamiento hay
que aprovecharlo. Flakoll apunta que aunque los carbohidratos y las grasas
aportan energía al cuerpo tras el ejercicio, son los aminoácidos de las proteínas
los que ayudan a restaurar el músculo. Su recomendación es comer al menos 10
gramos de proteína y una cantidad mucho menor de carbohidratos en los 30
minutos siguientes a la práctica de ejercicio. "Es como dar un merecido
descanso a los músculos", explica. Las recomendaciones de Stacy Sims son
tomar en esa misma media hora 230 mililitros de batido de chocolate desnatado o
media taza de yogurt desnatado, que sumarían 20 gramos de proteínas, aproximadamente.
Una vez llegados a este punto
convendría explicar bien cuáles son las calorías de mala calidad, también
llamadas calorías vacías y que han estado en el centro de la actividad de
Michelle Obama, quien pidió a los restauradores reducirlas al mínimo en sus establecimientos.
Las calorías vacías son aquellas que provienen de alimentos con un alto
contenido energético (por la abundancia de azúcares), bajo perfil proteico y un
aporte pobre de vitaminas, minerales, antioxidantes y aminoácidos. Las harinas
refinadas, los refrescos y el alcohol son tres clásicos ejemplos de esta
división.
¿Cómo diferenciar la
calidad de las calorías entre dos alimentos con el mismo aporte calórico? El
número de nutrientes y vitaminas marca la diferencia. Stacy Sims compara una
porción de patata al horno con un puñado de patatas fritas de bolsa. Ambas
cantidades suponen el mismo aporte energético, 100 calorías, pero la patata asada
contiene el doble de fibra y cuatro veces más vitamina C. El cambio de
paradigma es no utilizar el conteo de calorías como criterio principal para
elegir los alimentos y buscar un aporte alto de nutrientes.
La gran duda sobre si
hay que beber antes de o durante la práctica de ejercicio también entra en el
debate de las calorías. Para Stacy Sims, sólo están justificadas las bebidas energéticas
cuando el entrenamiento es muy intenso y largo. Para el resto de los casos, lo
mejor es el agua, insiste la experta. "Agua con bajo contenido de sodio es
una buena opción para entrenamientos de baja intensidad y de menos de 90
minutos. Si el ejercicio es fuerte y se practica por más de ese tiempo el
cuerpo requerirá un aporte de carbohidratos y electrolitos, y el agua ya no
será suficiente".
¿Cuánto líquido necesita el cuerpo? al menos entre 6 - 8 vasos al
día (1 vaso = 230 mililitros). Antes de
practicar ejercicio: los 90 minutos previos debe beberse todo lo que el
cuerpo pida. La mejor elección es un líquido con bajo contenido de carbohidratos
y cafeína. Durante: se necesita
recuperar todo el fluido que el cuerpo pierda. El aporte mínimo de líquidos
debe ser de 114 mililitros cada 15 minutos. Después: lo óptimo es beber 1,5 veces la cantidad de peso corporal
que se ha perdido durante el entrenamiento.
No hay comentarios:
Publicar un comentario