(Un texto de Macu Llorente en la revista Tiempo del 27 de
noviembre de 2015)
¿Superalimentos o simple moda? Cada vez hay más personas que
se rinden ante los pseudocereales, convencidos de que funcionan como una
inyección de salud para el organismo.
De ingredientes
humildes y básicos en la alimentación, los pseudocereales se han reinventado y
convertido en las estrellas de nuestra mesa e incluso, gracias a sus
superpoderes, algunos han llegado hasta la Luna. De ellos se cuenta lo mejor.
Son semillas pequeñas pero muy nutritivas, alimentos-milagro que irrumpen en
nuestra dieta con la etiqueta de ser auténticos manás de salud para el
organismo. Parte de su fama se la deben a las celebrities que los utilizan para
adelgazar o aumentar su energía, pero no solo forman parte de regímenes sanos
para cuerpos sexis, hasta la Nasa ha incorporado algunos de ellos, como el
amaranto y la quinoa, a la dieta de los astronautas.
Sin embargo, algunos
especialistas tienen sus reservas y creen exageradas tantas virtudes en unos
alimentos que no se puede negar que están de rabiosa actualidad. “Ningún
alimento por sí mismo es una panacea ni una cura. En la moda de estos cereales
hay una parte de realidad pero también hay otra de marketing. No podemos obviar
que hay investigaciones con las que se estigmatiza un determinado alimento como
bueno o malo. Lo importante es mantener una buena alimentación de frutas,
verduras y baja en grasas y, sobre todo, que sea equilibrada. Mientras no se
caiga en una obsesión y rigidez en la dieta, se pueden añadir estos
seudocereales que, por supuesto, son buenos y aportan beneficios, pero es
importante no dejar de tomar otros nutrientes”, explica a TIEMPO la
nutricionista Ana Antúnez Muñoz.
La avena
Sana y saludable, es
una gran fuente de energía que se recomienda en el desayuno. Es depurativa,
ayuda a bajar los niveles de azúcar y de colesterol en la sangre, además
previene problemas de tiroides y osteoporosis. Gracias a los fitoquímicos
protege frente al cáncer. Es un ingrediente sano en la repostería casera, en
ensaladas o para empanar carnes y vegetales. Mezclada con crema hidratante es
un exfoliante natural para el rostro.
La quinoa
No solo ha llegado a
la Nasa, también se encuentra en la dieta de los que tienen los pies en la
tierra, porque este grano sagrado de los incas ha entrado en nuestra dieta para
quedarse. Rico en magnesio, calcio, hierro y vitaminas E y B, su alta riqueza
en proteínas completas es lo que le diferencia de otros cereales. Se ha colado
en nuestra cocina como sustituto del arroz, del trigo o de la sémola. Hasta se
puede preparar un delicioso cuscús con esta semilla.
La chía
Con solo cien gramos
aporta al organismo la cantidad de fibra diaria recomendada. Contiene vitamina
B y antioxidantes. Tomada regularmente es un buen aliado de nuestra línea ya
que proporciona sensación de saciedad. De sabor neutro, puede ser sustituto de
la harina y combinarse con todos los alimentos.
El mijo
Es un cereal
cardioprotector y con un elevado contenido de fibra dietética que ayuda a
combatir el estreñimiento. Con gran cantidad de nutrientes, es un buen sustituto
del arroz y la pasta. Aporta hierro y magnesio. Pero sobre todo, por su elevada
fuente de proteínas es ideal para niños y deportistas, y contra la caída del
pelo.
El bulgur
Es uno de los cereales
en auge, muy usado en los menús de Oriente Medio y el norte de África. Como su
contenido en grasas es mínimo, resulta perfecto para incluir en dietas de
adelgazamiento, y además proporciona una buena dosis de energía. En la cocina
se puede utilizar para elaborar el famoso plato oriental tabbuleh o en guisos a
base de verduras.
La linaza
Esta fuente de fibra
es buena para regular los niveles de azúcar en la sangre, alivia los síntomas
de la menopausia y es un buen aliado frente a la libido baja. Además, el agua
de linaza tiene propiedades para la piel y el cabello. Aplicada sobre el pelo,
ayuda a reforzarlo y a combatir su caída, aportando más brillo y salud. Servida
en forma de semillas es muy saludable para postres y aliños.
El sésamo
Imprescindible en la cocina de Oriente Medio, aporta grasas
buenas, un aminoácido esencial (la metionina), y lecitina, que contribuye a
bajar los niveles de colesterol. Fuente de calcio, es perfecto para niños,
mujeres embarazadas y posmenopáusicas.
El amaranto
Con textura de caviar y sabor a nuez, de este tesoro azteca
se comen tanto las hojas (con más hierro que las espinacas) como las semillas.
Tiene más proteínas, entre el 15% y 18%, que otros cereales. Tiene propiedades
antinflamatorias, por lo que ayuda a reducir el riesgo de trombosis.
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