(Leído en Facebook, donde lo habían cogido de los archivos de historia del Jägermeister, 2025)
Muchos lo toman sin saberlo: el Jägermeister es uno de los licores herbales más antiguos y complejos del mundo, creado no para la fiesta, sino para sobrevivir al frío alemán.
En 1934, Curt Mast diseñó una fórmula secreta basada en 56 hierbas, raíces y especias, inspiradas en los tónicos invernales que los alemanes usaban desde hace siglos. Su objetivo era claro: crear un elixir capaz de calentar el cuerpo, activar la circulación, mejorar la digestión y aliviar malestares causados por el invierno extremo.
Entre las plantas que se conocen (aunque la receta completa sigue guardada bajo llave) están:
regaliz, jengibre, anís estrellado, canela, clavo, enebro, cardamomo, cítricos amargos, ginseng, cilantro, amapola y cortezas aromáticas. Cada una aporta propiedades circulatorias, digestivas o estimulantes que explican su sabor intenso y su aroma profundamente herbal.
Lo fascinante es cómo se usaba en sus primeros años: muchos soldados alemanes lo bebían para soportar el frío, aprovechando su efecto cálido y su mezcla botánica para enfrentar temperaturas bajo cero. No era un licor recreativo; era un tónico funcional, pensado para mantener el cuerpo activo en condiciones durísimas.
Con el tiempo se convirtió en un ícono mundial, pero su esencia sigue siendo la de un elixir antiguo diseñado para fortalecer, calentar y estimular, mucho antes de que se volviera un trago nocturno.
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