(Un artículo de Alejandro Toquero en el Heraldo de Aragón del 26 de diciembre de 2020)
La dulce tradición navideña tiene versiones en distintos países europeos y americanos. Desde el día de Navidad hasta Reyes, distintos países incorporan esta dulce elaboración a su recetario tradicional.
En las saturnales romanas, unas fiestas dedicadas al dios Saturno para celebrar los días más largos tras el solsticio de invierno, se elaboraban unas tortas redondas hechas con higos, dátiles y miel. Bien podrían ser el origen del popular roscón de Reyes.
Tras la caída del Imperio Romano, las celebraciones paganas desaparecieron, pero no algunas costumbres como la de la torta que contenía un haba y que con los años fue adquiriendo la forma de rosca, que arraigó fuerte en Francia. En el siglo XVIII, un cocinero con ganas de contentar al pequeño rey Luis XV introdujo como sorpresa una moneda de oro.
En España también era muy conocida la tradición del roscón. Durante el reinado de Felipe V se incorporó la moneda como premio (con los años se cambió por una figurita de cerámica) a la vez que el haba se fue transformando en el símbolo de escasa fortuna que ha llegado a nuestros días.
En la actualidad, esta elaboración ha echado raíces en varios países. Y es que roscones del mundo hay unos cuantos, con sus particularidades pero con un argumento que se repite: es alrededor de la Navidad cuando tienen más protagonismo.
[…]
España es el punto de partida de este viaje, pero en nuestros países vecinos, Francia y Portugal, también tienen sus roscones. La Galette des Rois es la versión francesa, rellena de crema de almendras. Así lo confirma Anne-Laure Romeuf, propietaria de las tres tiendas de Le Petit Croissant de Zaragoza. «Hay varios tipos, pero el más clásico es el de hojaldre; hace unos años solo lo compraban los franceses, pero la gente lo ha probado y tiene mucho éxito, así que los hacemos pequeños y se llevan los dos», explica.
Anne-Laure comenta que en su país no se celebra la festividad de Reyes, «pero el 6 de enero la galette llega a todas las casas y lo habitual es que se deguste los domingos de enero». Asociado a su consumo hay un ritual: «Se saca a la mesa y si en la casa hay niños, uno se mete debajo mientras se hacen las porciones; el niño las asigna y al que le sale la sorpresa es coronado rey».
«Es uno de los productos de pastelería más complicados asegura, cuya garantía de éxito es la calidad del hojaldre, la mantequilla y las almendras, que en Aragón son magníficas». Anne-Laure también comenta un detalle que hay que tener en cuenta: "A mucha gente le gusta la galette caliente, así que se puede meter un poco al horno antes de comerla».
Como en Francia, también en Alemania y en Suiza se celebra este día con un dulce que contiene un elemento que trae suerte. Se trata del `Dreikönigskuchen', la Torta de los Reyes, un bollo de masa fermentada en forma de flor.
En Portugal, la tradición del bolo rei se remonta al siglo XIX. Tanto su forma como su elaboración recuerdan bastante a nuestro dulce de Reyes, pero en la masa se añaden frutos secos nueces y piñones y uvas pasas. Además, se aromatiza con vino de Oporto, un detalle que imprime carácter.
La dulce tradición navideña de los roscones en los Balcanes tiene nombre propio: cozonac. «Realmente no es un roscón -comenta Nicoleta Mariana, propietaria de la pastelería Romaneasca de Zaragoza-, es más parecido a un panettone; lo singular es el relleno de frutos secos y de una especie de fruta escarchada». Sobre todo, se consume el día de Navidad en países del este europeo como Rumanía, Bulgaria, Macedonia y Albania.
En Argentina también se elabora una rosca de Reyes. Lo más especial es que lleva crema pastelera y guindas por encima. En México siguen a pies juntillas la tradición española. Aunque el diseño del roscón tiene algunas diferencias respecto al español, los ingredientes son los mismos. Y los cristianos ortodoxos griegos comparten el 6 de enero el dulce de Reyes que se conoce como roscón de San Basilio.