(Un texto de Ana Sánchez en el suplemento dominical de El
Periódico publicado el 5 de octubre de 2008)
La fantasía de los cerveceros tiene base vitamínica:
una pinta aporta "numerosos micronutrientes", como vitamina B, fibra,
minerales y antioxidantes naturales, apunta el Centro de Información Cerveza y
Salud (www.cervezaysalud.es), y ha estado vinculada desde la antigüedad a fines
terapéuticos. El griego Herodoto decía que era muy apropiada para los dolores
estomacales y la picadura de escorpión. Y hasta el siglo XII, era un
"complemento alimenticio para peregrinos y enfermos". Pese a sus antecedentes,
"no existen evidencias científicas" de que sea posible sobrevivir a
base de cañas, añade el Centro, y "no parece muy adecuado realizar este experimento".
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