[…] el roscón de Reyes, una tradición inventada,
según Pedro de Répide, que viene de la galette
des Rois, una torta de hojaldre con crema de almendras con la que se
celebraba en Francia, especialmente en París, la Epifanía.
Aquí el Roscón cambió su fórmula y se convirtió en
un bollo circular, con levadura y agua de azahar adornado con azúcar y, en
tiempos más recientes, con frutas escarchadas. En su interior, inicialmente, se
escondía un haba que, en nuestros días y para evitar que pudiera tragársela el 'afortunado'
que la encontrara en su porción, se ha convertido en figuritas horripilantes.
El éxito ha perjudicado al roscón, y los reposteros
a quienes he citado en los años anteriores sólo merecen hoy la discreción del
silencio. No se puede abusar del consumidor y, para cubrir la demanda, tener roscones
congelados desde el verano. Los italianos, que son listos y están dotados del
instinto del mercado, vienen arrebatándonos el del roscón y sustituyéndolo por
el panettone, un bollo acampanado con
masa de brioche, pasas y frutas confitadas.
Es el 'roscón' típico de Milán, desde donde lo
exportan, y su fórmula se atribuye a Bartolomeo Scappi que fue cocinero de los
papas Pío IV y Pío V. […] La victoria del panettone sobre el roscón es una
lección que debieran aprender nuestros grandes reposteros y, por ampliación, los
cocineros de mayor postín. La tradición no es suficiente.
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