Se necesitan
235 ml de cerveza, 125
g de azúcar moreno, 4 yemas de huevo y 225 g de nata líquida para cocinar (35% materia grasa).
Se separan las yemas de las claras. En un cazo, a fuego lento, se mezclan las yemas y el azúcar hasta que
estén completamente ligadas. En un cazo aparte, se pone la cerveza y la nata
hasta que empiecen a hervir. Apagamos el fuego y lo dejamos reposar 15 minutos
hasta que se atempere.
Cuando esté templado, añadimos la mezcla de yemas y
azúcar y removemos. Ahora hay que probar, por si hay que añadir más azúcar.
Si se dispone de heladera, es el momento de usarla. Y si no, lo hacemos del
modo tradicional: poniendo la mezcla en un recipiente metálico y al congelador.
Esperamos media hora y rascamos con un tenedor la mezcla, que no estará
congelada. Hay que repetir esta operación, al menos, cuatro veces, aumentando
el tiempo en media hora cada vez: media hora, una hora, hora y media y dos
horas. El resultado será un helado de cerveza delicioso, cremoso y casero.
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