Cuando llegan los meses de calor acaba la producción de
los ajos tiernos y comienza la del ajo puerro, una alternativa de gran
sabor para acompañar cualquier plato.
Con la llegada del calor acaba la temporada del ajo tierno. Empieza a
desarrollarse la cabeza, el tronco se grilla y le sale la caña hasta que
termina de hacerse el ajo seco. Pero en estos meses hay una interesante
alternativa de la que también se puede disfrutar: el ajo puerro o
porrete. Los ajeros de Ricla lo conocen bien ya que casi todos lo
cultivan. "Se recogen muy tiernos, apenas a los 45 días de su plantación, cuando los puerros son muy pequeños", comenta Mariano Marín.
Él mismo lo describe como "muy gustoso; da un sabor estupendo a cualquier plato, con la peculiaridad de que no pica y es muy tierno". Con su cultivo, prácticamente se termina de cubrir el ciclo de esta delicada hortaliza que tiene una gran presencia entre los meses de junio y agosto.
Él mismo lo describe como "muy gustoso; da un sabor estupendo a cualquier plato, con la peculiaridad de que no pica y es muy tierno". Con su cultivo, prácticamente se termina de cubrir el ciclo de esta delicada hortaliza que tiene una gran presencia entre los meses de junio y agosto.
Un buen antibiótico natural
De las virtudes medicinales atribuidas al ajo dio buena cuenta Luis Pasteur a finales del siglo XIX, cuando demostró su condición de antibiótico natural. Antiinflamatorio, anticoagulante, vasodilatador y depurador. Todas estas son propiedades atribuidas al ajo cuyo consumo se recomienda en crudo. Ya lo dice el refrán: ajo cocido, ajo perdido. Lo podemos comer cortado fino y mezclado con ensaladas, con judías verdes y patatas al vapor, sobre unas anchoas aliñadas con un chorrito de aceite de oliva, triturado en un gazpacho, frotado sobre pan tostado o como un ingrediente en salsas como el alioli o el pesto.
No hay comentarios:
Publicar un comentario