Hay platos que llevan muy mal el recalentado, pero son exquisitos tras una sencilla transformación.
Es el caso de la pasta. Si nos sobra se pueden hacer tortillas o
buñuelos, una técnica muy extendida entre los italianos pero apenas
usada en España, y que consiste, en resumidas cuentas, en mezclar las
sobras con huevo y freírlas. En Suecia es muy típico aprovechar los
restos de carne para hacer un sofrito con patatas y cebolla, conocido
como pit i pana. El
pan duro se puede aprovechar para hacer salmorejo o sopas de ajo, pero
también rallarlo para hacer empanados. Hay tantas transformaciones como
alimentos.
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